Un país emergente seguirá dentro de poco una recomendación de Estados Unidos y otras naciones del Grupo de los Siete (G-7) y emitirá un bono con nuevas cláusulas que le otorgará más influencia sobre sus acreedores en caso de una cesación de pagos, aseguró ayer el vicepresidente del Citigroup, William Rhodes.
"Un país emitirá bonos con cláusulas de acción colectiva antes de fin de año", apuntó Rhodes, quien se negó a identificar al Estado que tomará la iniciativa que le permitiría disponer una renegociación de la deuda sin el apoyo unánime de los acreedores, como se estipulan hoy la mayoría de los contratos de bonos.
Una idea que circula con fuerza dentro del establishment financiero internacional desde el año pasado y que tuvo a la número dos del FMI, Anne Krueger, como una de sus promotoras.
La medida resultaría en uno de los mayores cambios en el equilibrio de poder entre los acreedores y los deudores de los mercados emergentes en diez años. Aunque muchos acreedores así como deudores gubernamentales se oponen a las cláusulas, Rhodes remarcó que habrán de ceder ante los esfuerzos de persuasión de él y de funcionarios de Estados Unidos, el Reino Unido y otras naciones del G-7, que promovieron las cláusulas desde abril.
John Taylor, subsecretario para Asuntos Internacionales del Tesoro de Estados Unidos, dijo anteayer que la iniciativa del G-7 tuvo "muchas respuestas positivas" de parte de suscriptores y tenedores de bonos así como de países en vías de desarrollo.
Ahora, sin las cláusulas de "acción colectiva", un acreedor puede descarrilar por sí solo una reestructuración de deuda al negarse a otorgar su permiso hasta que le den términos más favorables. "Estas cláusulas harán posible una forma más ordenada de manejar un impago", dijo Rhodes.
Los acreedores dudan
Sin embargo, los acreedores y los deudores soberanos de los mercados emergentes no han acudido en masa a respaldar la idea de Rhodes. Ellos temen que la reforma de los contratos de deuda ahuyentará a los inversores de un mercado de bonos soberanos que no se recuperó de la crisis de deuda de 1997-1998 y el colapso monetario en Asia Oriental.\Arturo Porzecanski, economista jefe de mercados emergentes del ABN Amro en Nueva York, dijo que muchos inversores evitarán los bonos que restrinjan su influencia en un impago.\Lacey Gallagher, directora en Credit Suisse First Boston, aseveró que los emisores y los compradores de deuda soberana de mercados emergentes, "no creen que sea necesaria una reestructuración masiva, sobre todo en vista de los riesgos".\Un grupo de las 24 mayores naciones en vías de desarrollo, entre ellas Brasil e India, rechazaron en abril la iniciativa de la cláusula de acción colectiva. El secretario de Hacienda de México, Francisco Gil Díaz, dijo el mes pasado que su país no haría un canje de bonos si la cláusula aumenta el costo de tomar prestado.\Semejante resistencia no desalienta a Rhodes. Varios analistas dijeron que el banquero y ejecutivos de JP Morgan Chase, FleetBoston Financial y otros bancos están exhortando a los gobiernos a que emitan deuda con las cláusulas para, entre otras cosas, generar honorarios de suscripción por hasta 1.500 millones de dólares.