El Departamento del Tesoro de Estados Unidos salió ayer en apoyo del ministro de Economía, Roberto Lavagna, y aseguró a través de un comunicado que apoya el envío de "una misión del Fondo Monetario Internacional a la Argentina la semana próxima para comenzar a evaluar los acontecimientos económicos y financieros y las políticas del gobierno".
De esta forma, le metió presión a la subdirectora del Fondo, Anne Krueger, que el jueves por la noche, durante un diálogo telefónico que mantuvo con Lavagna, frenó el envío de un equipo de técnicos destinado a sentar las bases de una negociación para alcanzar un acuerdo crediticio.
El viaje de una misión técnica había sido anunciado el jueves por la tarde por el vocero del organismo, Thomas Dawson, pero horas después, Krueger descartó esa posibilidad y convino con Lavagna mantener un nuevo contacto a principios de la semana entrante.
Con esas idas y vueltas, el ministro de Economía corrió ayer la fecha estimada para alcanzar el acuerdo con el FMI y admitió que ese pacto se podría firmar recién a mediados de julio.
"El acuerdo estará listo a fines de junio o a mediados de julio, esas son las fechas", dijo el ministro en una rueda de prensa que mantuvo con los periodistas. Tras la aprobación de la nueva ley de quiebras, la derogación de subversión económica y la firma de los acuerdos fiscales con las provincias, el presidente Eduardo Duhalde había expresado su confianza en firmar el acuerdo con el organismo monetario a más tardar a fin de junio.
Sin embargo, las tensiones de última hora entre el Fondo y el gobierno obligaron a modificar las previsiones. La conversación que mantuvo el jefe del Palacio de Hacienda con la subdirectora del FMI complicó aún más el panorama.
Apoyo estadounidense
Ayer llegó la caballería. A través de un comunicado, el Departamento del Tesoro de EEUU "apoyó" el envío de una misión técnica a la Argentina "para comenzar a evaluar los acontecimientos".
El Tesoro norteamericano combinó la presión al Fondo con la presión al gobierno argentino. "Hay por delante desafíos formidables y un trabajo duro respecto a la formulación y negociación de un acuerdo sobre un programa del FMI, un liderazgo valiente y decidido por parte de las autoridades argentinas sigue siendo crítico", agregó.
El gobierno de Estados Unidos ya había expresado su aval al inicio de conversaciones formales con Argentina el jueves pasado, cuando el segundo del Tesoro, John Taylor, subrayó que el país había hecho "avances" en las políticas que le pedía la comunidad internacional.
Sin embargo, las autoridades del FMI siguieron planteando exigencias. Entre otras cosas, objetan el traslado de dos artículos de la de rogada subversión económica al Código Penal y el hecho de que la mayoría de los acuerdos de reducción del déficit firmados por las provincias son sólo cartas de intención. Además, mantiene las dudas sobre el plan Lavagna para canjear los depósitos reprogramados, y pide un programa monetario sustentable para anclar el dólar.
Lavagna hizo ayer un repaso de estas diferencias. En primer lugar, aclaró que el FMI "en ningún momento pidió una ley de inmunidad para los funcionarios del Banco Central", aunque sí aceptó la posibilidad de que se discuta con los legisladores alguna fórmula que acote las acciones de directores de la autoridad monetaria que puedan resultar penadas.
En materia cambiaria, señaló que "el Banco Central no va a dejar de intervenir en el mercado del dólar, porque no se trata de un control de cambios sino de la continuidad del régimen de flotación sucia".
El ministro consideró que el dólar "tiene un precio excesivamente alto debido a que tiene un componente de incertidumbre", y opinó que "en la medida que podamos ir bajando dicha incertidumbre dicho precio se reacomodará, tal como ocurrió en su momento en Brasil, luego de la devaluación del real".
Enojado con el periodismo, rechazó las críticas sobre la abultada emisión monetaria, la política intervención del Central y la caída de la recaudación (eliminado el componente inflacionario). "Resulta al menos sospechoso que cuando el Central interviene menos de lo de costumbre, cuando la inflación sólo fue de 4 por ciento y cuando los niveles de emisión son menores a los establecidos, la prensa esté haciendo hincapié en esos tres temas", dijo el ministro.
Roces por el corralito
Acerca del plan que habilita el canje de los depósitos reprogramados y pesificados atrapados en el corralito bancario por bonos en dólares y en pesos, el ministro aseguró que en las próximas horas se conocerá su reglamentación. Sobre esto, admitió que el FMI "hubiera querido que el canje por bonos hubiera sido compulsivo y no optativo, tal como lo dispuso el gobierno".
Reconoció, en ese sentido, que el jueves le envió una nota al ministro de Finanzas de Canadá, Paul Martin, que será anfitrión de la próxima cumbre del Grupo de los 7 (G7) países más desarrollados, detallando el plan para salir del corralito y confirmó que en la misiva se explica minuciosamente los motivos por los cuales no se adoptó un canje compulsivo para los depósitos reprogramados.