Llegó el día esperado por los aficionados Americanos. Después de 24 años, la hípica del país puede contar con un nuevo triplecoronado, pero para que ello ocurra, War Emblem -el caballo que pasó de ser un ignoto ganador condicional al ejemplar del que todos hablan-, deberá sortear el último y difícil escollo, llamado Belmont Stakes. La cita será hoy en Belmont Park, donde el hijo de Our Emblem y Sweet Lady buscará la consagración definitiva, alentado también por nuestra hípica, ya que por sus venas corre la sangre del argentino Lord At War.
Enfrente tendrá a once rivales (igual cantidad que los ganadores de la Triple Corona, ¿será una premonición?. Sólo después de recorrer los 2.400 metros de arena se develará la incógnita.
El pupilo de Bob Baffert parte como claro favorito y nuevamente lo montará Victor Espinoza. Entre los ejemplares que le darán batalla hay que destacar a Proud Citizen, 2º en Kentucky y 3º en el Preakness; Medaglia D' Oro, 4º en el Derby, y 8º en el Preakness; Perfect Drift, 3º de War Emblem en Churchill Downs y la siempre destacable presencia de la caballeriza Godolphin, con su pupilo Essence of Dubai.
De pobre a millonario
War Emblem, un castaño oscuro criado por Charles Nuckols en Kentucky, y adquirido en las ventas de Keeneland, debutó ganando el pasado mes de octubre en un maiden sobre la milla, volviendo a la pista a finales de ese mes para terminar 7º en el Manila Stakes. Su tercera carrera a los dos años fue en un Allowance, -tambien en la milla-, donde se impuso por más de 4 cuerpos. Ya con tres años a cuestas, inició la temporada en el Lecomte Stakes (1.600 metros), finalizando 5º, volviendo a correr en el mes de febrero en el Risen Star (Grupo III, 1.800 metros), aribando en una oscura 6ª ubicación. Tras estas dos salidas su primera victoria clásica la consiguió en marzo pasado, al adjudicarse un Allowance Race en dieciséis cuadras, volviendo a pasar por ganadores en el Illinois Derby (Grupo II, 1.800 metros) el pasado 6 de abril. De allí, saltó a la fama y ahora está a un paso de consagrarse definitivamente.