Bogotá. - Las autoridades colombianas han detectado un incremento de las extorsiones planeadas por pequeñas bandas de delincuentes que se encuentran en prisión y se hacen pasar por guerrilleros o paramilitares, según un informe publicado por el diario El Tiempo, que cita fuentes militares. La acción de tales grupos se trasladó hasta los centros de reclusión debido a la presión de los organismos de seguridad en las calles y a la facilidad de esconder teléfonos móviles en esos sitios, precisó el diario.
De acuerdo con los grupos antisecuestro y antiextorsión del ejército, a sus oficinas llegan más de 70 denuncias semanales de personas que son sometidas a esta práctica. "Piden autos, escrituras de casas. La gente recibe llamadas en las que se identifican como integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) o los paramilitares", explicó uno de los investigadores.
Las fuentes señalaron que las víctimas son escogidas al azar en los directorios telefónicos, y los delincuentes prefieren a aquellas personas que poseen varios números de teléfono. Explican que la banda deposita el dinero obtenido, que oscila entre los 430 y los 13.000 dólares, en cuentas bancarias que son manejadas por terceros a través de cajeros electrónicos.
El director del Instituto Penitenciario Nacional, general Víctor Páez, admitió que en diversas requisas efectuadas en las cárceles se han hallado cientos de teléfonos móviles e incluso satelitales, usados por los delincuentes para comunicarse con sus víctimas. Los aparatos se mantienen camuflados en las prisiones, debido al hacinamiento que dificulta las operaciones de registro policial.
Equipos para bloquear llamadas
Páez indicó que en muchos centros de reclusión han sido instalados equipos que bloquean las señales telefónicas, y en ocasiones se ha decidido el traslado de los jefes de las bandas a cárceles de máxima seguridad.
Un informe oficial reveló recientemente que los colombianos pagaron el año pasado cerca de 248 millones de dólares a los grupos rebeldes y los paramilitares que los sometieron a extorsión. Esta situación obligó al Ejecutivo, las fuerzas militares y las organizaciones empresariales a iniciar una campaña para promover la denuncia ciudadana. Según el ejército en 2001 se recibieron 3.000 denuncias de extorsión, mientras que en lo que va del año se han conocido más de 1.200 acusaciones por este delito. (DPA)