Si algo le faltaba al atribulado gobierno nacional era un conflicto diplomático con su vecino más cercano: Uruguay. Aunque parezca increíble ayer el presidente oriental, Jorge Batlle, sorprendió al calificar a los argentinos de "manga de ladrones, del primero al último". Pero eso no fue todo: dijo que su par Eduardo Duhalde "no tiene fuerza política, no tiene respaldo, ni sabe a dónde va". Luego de que las explosivas declaraciones (realizadas al programa Bloomberg TV) fueran puestas repetidamente ayer al aire en Argentina, Batlle intentó lo imposible: convencer de que no quiso decir lo que dijo. Primero dijo sentirse "agraviado" porque se puso al aire "una conversación privada" (habló ante una cámara que él creía apagada) y luego se defendió asegurando que "algunas veces me han acusado (en Uruguay) de ser más argentino que otra cosa". El tenor de las declaraciones del presidente uruguayo enfriaron a tal punto los vínculos entre ambos vecinos ("afectaron una relación centenaria entre nuestros países", dijo el vocero presidencial Eduardo Amadeo) que Batlle vendrá hoy al país a dar "las aclaraciones que merece el episodio", aseguraron ayer en la Casa Rosada. Aunque luego intentó justificarse en que su personalidad es "de combustión espontánea", Batlle desató el escándalo cuando un periodista le preguntó (según él, luego de haber terminado una nota y en una charla informal) si la crisis Argentina se contagiaría en Uruguay. La respuesta del uruguayo fue: "No compare ambos países, ¿sabe la clase de volumen y magnitud de corrupción que hay en Argentina?". Y siguió: "En vez de mirar las cosas de su país en serio, mira alrededor. Esa es la tragedia de los argentinos, se pasan diciendo a ver quién es el culpable de no ayudarlos y no se dan cuenta de que tienen que ayudarse a sí mismos". Casi como en una charla de café, y en su afán por diferenciar a su país de Argentina, Batlle continuó con vehemencia: "A Duhalde yo no le puedo plantear nada, no tiene fuerza política, no tiene respaldo, no sabe a dónde va, ¿cómo voy a molestarlo con estos planteos?". "No es asunto mío lo que pasa en Argentina, no voy a opinar; yo no hago como hacen los medios en Argentina, que se ocupan de las cosas que suceden en Uruguay y anuncian que van a pasar cosas en Uruguay que no van a pasar. Yo respeto", bramó. "La situación argentina es de los argentinos, con los problemas argentinos; una manga de ladrones, desde el primero hasta el último. Como dijo el señor Barrionuevo: «Si nos dejamos de robar dos años, vamos a andar bien»", siguió Batlle casi como un monólogo. "No me compare con Argentina, Uruguay es un país distinto; compáreme con Chile o Brasil, pero no con Argentina", exclamó, para reclamar: "Y si quiere comparar Uruguay con Argentina, entonces compare la respuesta del FMI a Uruguay y a la Argentina". Si bien fuentes de la Presidencia uruguaya dijeron que la entrevista televisiva fue grabada en Montevideo el jueves pasado, recién después de que fueron puestas al aire Batlle llamó de urgencia -anoche- a una conferencia de prensa en su despacho para dar su versión de los hechos. Allí aseguró que lo une "una relación de afecto íntimo y permanente por el pueblo argentino". "Les consta al pueblo y al gobierno (argentinos) los esfuerzos que hemos hecho para defender a esa gran nación, a la que estoy ligado por la historia y por lazos familiares", agregó. "Hasta algunas veces me han acusado de ser más argentino que otra cosa. Pues sí, lo soy, porque me duele lo que le pasa a Argentina, y por eso me siento agredido por quienes utilizaron mi buena fe", se disculpó. Luego explicó que los periodistas "grabaron el producto de una conversación bastante agresiva". "Pero los hechos pueden más que la maledicencia pública, y la conducta puede más que los chismes y las habladurías", sostuvo en la rueda de prensa. Batlle incluso llamó por teléfono a Duhalde para aclarar su posición al respecto y denunciar que fue abusado en su buena fe por el canal que emitió la entrevista. Según fuentes de la Casa Rosada, la comunicación entre ambos mandatarios se llevó a cabo en "términos bastante amigables". Se espera que hoy las explicaciones de Batlle conformen al gobierno, ya que no se desea en Buenos Aires -como tampoco en Montevideo- un conflicto diplomático en momentos que ambas naciones enfrentan duras dificultades económicas. Las descalificadoras expresiones de Batlle se originaron cuando, informalmente, los periodistas de Bloomberg TV le preguntaron si la crisis argentina puede contagiar aún más a Uruguay, lo que -según se observó por televisión- enfureció al mandatario uruguayo. Ante la insistencia de los hombres de prensa en relacionar el destino de ambos países, Batlle, estalló: "¡Qué enfermedad que tienen(los argentinos)!".
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