El entrenador de Inglaterra Sven Goran Eriksson pidió a sus jugadores que alejen de sus mentes cualquier idea de venganza en el partido contra Argentina -un histórico rival- el próximo viernes en Sapporo. Tras el empate del domingo (1-1) contra Suecia, en Saitama, los británicos necesitan por lo menos empatar ante el equipo sudamericano para mantener esperanzas de clasificar para la segunda ronda de la competición. Una derrota el viernes limitaría mucho las posibilidades de Inglaterra de estar entre los 16 de la segunda ronda, pero Eriksson quiere que su equipo olvide el pasado y se concentre en el objetivo de lograr un buen desempeño ante los favoritos argentinos. "Enfrentamos en nuestro segundo partido a los favoritos del torneo. Necesito motivar a algunos jugadores", declaró ayer tras un entrenamiento de la isla Awaji. "Mis jugadores conocen, por supuesto, la historia entre las dos selecciones pero no se trata de vengarse", afirmó. En 1966, cuando Inglaterra ganó como local el torneo, el entrenador Sir Alf Ramsey ordenó a sus jugadores que no intercambiaran sus camisetas con los argentinos porque demostraron un juego "muy agresivo". Además, Ramsey, empujó a sus jugadores hacia el túnel de los vestuarios y tildó a los sudamericanos de "banda de animales", después de derrotarlos 1-0. Veinte años más tarde, en México 1986, los ingleses se hicieron mucha mala sangre gracias a Diego Armando Maradona y la "mano de Dios" que convirtió el gol con el que Argentina eliminó a Inglaterra en cuartos de final. Y, en Francia 1998 el argentino Diego Simeone tuvo un choque aparatoso con David Beckham que determinó la expulsión del mediocampista del Manchester United. Inglaterra luchó hasta el final y, tras empatar 2-2 con 10 hombres, cayá nuevamente eliminado, esta vez en la tanda de penales. Eriksson dijo también que el incidente entre Beckham y Simeone, al cual tuvo bajo sus órdenes en el Lazio de Roma, está olvidado hace tiempo, que lo ocurrido hace cuatro años no debe influir en el partido del viernes. Contrastando con el tono mesurado del entrenador sueco, algunos jugadores, como Sol Campbell del Arsenal, no olvidan la última derrota ante el equipo rioplatense. "Hay algunos muchachos en el equipo que estuvieron allí y nos acordamos cómo celebraban los argentinos después de eliminarnos y fue doloroso", afirmó el jugador al que se anuló un gol aquel día. (AFP)
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