| | cartas El trámite del arbolito
| Los memoriosos recordarán un programa cómico de la vieja televisión en blanco y negro, donde un personaje necesitaba conseguir una autorización ante un organismo público para plantar un arbolito. Y de ahí en más, esto quedó como un ícono para señalar la ineficiencia de las administraciones para resolver cuestiones de los contribuyentes. En este caso, que se inició hace 27 años, pero lo reactualicé hace un año y medio, ya no se trata de plantar un arbolito. Se trata de cobrar una retroactividad que nos adeuda la Caja de Jubilaciones de la provincia a mis hermanos y a mí, en la sucesión por la muerte de mi padre. Ya perdí la cuenta de las cartas que mandé, hice un viaje a Santa Fe para tratar el tema personalmente, y todavía estoy esperando. Le he mandado cartas al gobernador Reutemann; al interventor de la Caja, Fernando Bondesío; al secretario de Estado de Trabajo y Seguridad Social, Oscar Ercoli, y a la subsecretaria de Trabajo, doctora Silvia Traverso. La Caja sostiene que esa retroactividad, que representaría un importe de dinero considerable, fue depositada judicialmente, pero hasta aquí no puede demostrarlo. Con fecha 19 de marzo, la doctora Traverso me contesta que en pocos días más íbamos a recibir una diferencia de $600 (¡seiscientos pesos!) que había quedado pendiente. Pero hasta ahora no he tenido más noticias y no puedo en las actuales circunstancias pagar un abogado. Digo yo: ¿la Caja ni siquiera tiene $600? Conclusión: otra vez las promesas de una funcionaria fueron llevadas por el viento. Me falló, no cumplió su palabra y ni siquiera recibo excusas. No sé si algún incompetente devenido en funcionario público de la Gobernación leerá esta carta. Lo que sí sé, es que ya llegará el día en que personas como estas vendrán a pedirnos los votos, aunque en realidad siempre terminan acomodados políticamente, a pesar de los votantes. Ana Gladys Leiva
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