cartas

El patriotismo distrae a las multitudes

El Mundial ya está en marcha, un oportuno Mundial para algunos de "nuestros políticos" que esperan que actúe como paño frío para atenuar y distraer la opinión pública que clama por justicia y tajantes cambios en persistente forma. Se trata de enfocar el nacionalismo -que debería resaltar en gestos políticos y decisiones que detengan esta caída al precipicio que culminará con la desintegración de nuestra patria como nación soberana- en un campeonato de fútbol, una competencia deportiva que no es más que eso y cuyo resultado no modificará la realidad que vivimos, pero que mientras dure, según ellos esperan, les dará el oxígeno deseado. La realidad de hambre, desempleo, bolsillos vacíos, familias disgregadas por la obligada partida de un ser querido, sin duda evitará que tomemos este Mundial con el esperado entusiasmo. Señores, el patriotismo necesario no es más que el ejemplificado por nuestros próceres: sacrificio, honestidad, amor a la patria y defensa de sus intereses. Pero como pertenezco a este país futbolero y sin desmerecer a nuestros jugadores que, sin duda, nos regalarán alegrías y gloria deportiva, me despido con un ¡vamos Argentina todavía!
Luis Alberto Regiardo