Vuelven los radares. Desde pasado mañana, la Municipalidad comenzará a controlar los excesos de velocidad en las calles y avenidas de Rosario por medio de dos aparatos móviles que se instalarán en "lugares estratégicos". Los automovilistas que sean sorprendidos en infracción recibirán multas que oscilarán entre los 60 y los 200 pesos, y si reinciden en sus faltas podrán ser inhabilitados para conducir.
Según explicó el director de Tránsito municipal, Manuel Sciutto, "en un principio comenzarán a trabajar dos radares móviles que se desplazarán por distintos puntos de la ciudad, pero la idea es ampliar el número. Queremos instalar radares fijos en sectores muy puntuales y problemáticos de Rosario", adelantó.
Los dos radares trabajarán 12 horas por día. Se tratará de aparatos móviles que se instalarán en "las arterias más veloces y peligrosas de la ciudad". Y para determinar con exactitud los sectores a controlar, los inspectores se basarán en estudios de la dirección de Ingeniería de Tránsito que determinaron las zonas más conflictivas.
"No habrá perdón"
Sciutto destacó además que "no habrá perdones durante la primera semana que empiecen a funcionar. Los rosarinos ya saben a las velocidades que deben circular, así que desde el martes se comenzarán a labrar multas por todos los excesos de velocidad que detectemos", advirtió.
Los montos de esas multas oscilarán entre los 60 y los 200 pesos y, en caso de reincidencia de las faltas, podrán determinar la inhabilitación de los infractores para conducir.
"Sabemos que el uso de estos aparatos no despierta muchas simpatías entre los rosarinos, pero también estamos convencidos de que es una de las maneras más eficaces de disminuir los accidentes", destacó el funcionario.
Según sus estadísticas, las muertes producidas en la ciudad por accidentes de tránsito durante el primer cuatrimestre de este año aumentaron un 30% en comparación con el mismo período de 2001. Y precisamente entre enero y abril de este año el municipio suspendió el uso de radares para la detección de excesos de velocidad.
Durante 1996, 161 personas perdieron la vida en las calles de Rosario a raíz de accidentes de tránsito. Ese número disminuyó paulatinamente durante los años siguientes. Las muertes por esa causa llegaron a 95 en el 2001.
"Si bien hay muchas causas que generan un accidente, el exceso de velocidad es sin dudas la más preponderante, y eso es lo que buscamos evitar con la instalación de radares", aseguró Sciutto.
El regreso de los controles por medio de radares fue posible gracias a una prórroga en el contrato de concesión que negoció el municipio con la empresa prestataria del servicio.
El convenio entre ambas partes había culminado en diciembre del año pasado y el nuevo llamado a licitación fue declarado desierto.
"Lo que sucedió fue que ese llamado se dio en medio de la convulsionada semana en la que renunció De la Rúa y cuando los precios de los insumos comenzaban a dispararse, lo que determinó que nadie viera atractiva la idea de presentarse en la licitación", explicó Sciutto.
Al final, la misma empresa
La semana pasada, ambas partes acordaron un convenio que le permitirá a la firma administrada por el empresario Carlos Strappa volver a colocar sus radares para detectar excesos de velocidad en las calles de la ciudad.
El director de Tránsito se preocupó por remarcar que ambos aparatos "fueron calibrados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y están autorizados por el Ministerio de Producción de la Nación".
Ahora el municipio aspira a volver a disminuir los índices de accidentes en las calles. "Durante el período en que funcionaron los radares, la Intendencia labró 4 mil actas de infracción por mes a un promedio de cinco actas por hora", recordó Sciutto.