El cazador oculto: El notable triunfo del otro clásico

Ricardo Luque / Escenario

Los números mandan. ¿Quién puede negarlo? Son una condena que padecemos desde la infancia, cuando la diferencia entre la vida y la muerte dependía la nota de una prueba de matemáticas. Y la nota, no hace falta aclararlo, era un número. Un maldito número. Quizás no haga falta aclararlo, pero los números, salvo los de la quiniela, son siempre malditos. Si no basta ver las penurias que padece la gente de la televisión por culpa de los malditos números. Sus rostros se iluminan o apagan cuando se enfrentan a la cruda realidad de la planilla del rating. ¿Por qué? Simple: porque la suerte de los programas y de sus hacedores depende del rating. Aquí, allá y en todas partes donde impera la televisión. También en Rosario. Aunque no son muchas las producciones locales, no es poca la inquietud que despierta el rating en los canales rosarinos. Más cuando se atraviesan tiempos de cambio. Para que se entienda: la semana próxima la planilla del rating local sentirá por primera vez en el año el impacto del regreso a la pantalla de "El show de Videomatch". El dato es esperado con ansiedad. Tanto en una como en otra emisora presumen que la performance del envío de Marcelo Tinelli puede cambiar el ranking de los programas más vistos en la ciudad. Y, depende hacia donde se incline el favor de la audiencia, soplarán vientos o tempestades. Porque, por más que en público lo nieguen, a los hombres y mujeres que trabajan en la televisión les cuesta conciliar el sueño en las vísperas de la difusión del resultado de las mediciones de audiencia. Pero no todos sufren el estrés del rating. ¿Saben quién no padece esa incurable enfermedad televisiva? Nilda de Siemienzuck. ¿Saben por qué? Porque, aunque les cueste creerlo, su programa, tradicional micro de cocina de Canal 5, es el ciclo rosarino más visto en la ciudad. ¿Una curiosidad? No, es un premio al talento. ¿Probaron alguna vez sus deliciosas hamburguesas de conejo? Son irresistibles.