Francia quedó consternada ayer luego que Senegal le proporcionó una de las mayores derrotas en la historia de las copas mundiales de fútbol. Con las manos en la cabeza, los aficionados que se escaparon del trabajo para ver el partido por televisión durante un extendido horario de almuerzo en París, dejaron escapar un quejido colectivo con el silbato final, anonadados con la gris actuación de su equipo. Y el lamento generalizado fue por la ausencia de Zidane.
| |