El gobernador Carlos Reutemann piensa que el presidente Eduardo Duhalde debería convocar a elecciones para designar a su sucesor no más allá de marzo o abril del año próximo. Pese a las desmentidas que sobrevendrán, esa es la razón por la que el mandatario provincial volvió enojado de la cumbre de Santa Rosa, donde el jefe del Estado no permitió que se avanzara en la idea que el Lole y otros gobernadores le expusieron de modo abierto y taxativo. El faltazo de Reutemann a la conferencia de prensa en La Pampa tuvo, entre otras, la finalidad de dejar sentada esa incomodidad. La cuestión electoral se ha convertido para algunos gobernadores, incluido el santafesino, en un aspecto vital para afrontar los próximos meses ante el decaimiento de la gestión de Duhalde. Por esa razón, el Lole usó su discurso del 25 de mayo para anticipar su opinión al respecto: "Muy pronto todo el pueblo podrá elegir nuevos gobernantes, y esperamos que mucha gente joven y valiosa quiera participar". Nadie habla de "muy pronto" si todavía faltara un año y medio para votar. "Muy pronto es marzo o abril", dicen en la Casa Gris que quiso decir el gobernador, quien ese día pronunció otras dos definiciones de capital importancia: que se animaría a enfrentar a cualquiera, incluyendo a Carlos Menem. "Supongamos -aseguran en la Gobernación- que el presidente consiga en junio o julio el acuerdo con el FMI. En ese caso, parte de sus objetivos de transición estarán cumplidos. ¿Qué se le dice a la gente de ahí en adelante? Todos saben que el acuerdo con el FMI normalizará relaciones macroeconómicas, pero lejos estará de incidir en la situación de los ciudadanos. Más bien se diría que (ajuste de por medio) la empeoraría. Entonces, un gobierno devaluado y desacreditado se encontrará con que no tiene herramienta alguna para recrear un diálogo con su pueblo ni para insuflarle expectativa o esperanza". En cambio, si existiera a partir del acuerdo, o cuando el presidente lo considere conveniente, un cronograma electoral, éste como tal recrearía cierta expectativa interna en los partidos y en la dirigencia. Este clima le permitiría al presidente transitar, más distendido, hasta marzo o abril. En cambio, Duhalde no comparte la idea. Piensa que habilitar la competencia electoral importará licuar lo poco que le queda de poder o, como desconfían los gobernadores, lo que esté pergeñando para condicionar al que lo suceda. "Quizá la realidad lo haga entrar en razón", advierten en la sede de la Gobernación. Reutemann no quiere quedar empujando a Duhalde e incluso sabe que el costo de ello puede hacer recrudecer las operaciones en su contra, en las que siempre cree oír una tonada bonaerense. Por eso se volvió de La Pampa como tiempo atrás lo hiciera de un acto de La Rioja, cuando consideró que Menem los había llevado para armarle un escenario a Cecilia Bolocco. "¿Por qué piensan que el presidente está pensando en otra cosa?", preguntó La Capital a una encumbrada fuente de la Casa Gris. "Porque es evidente. ¿Chiche Duhalde hace política social o está en campaña electoral?", fue la respuesta. Lo que todavía no dicen los peronistas santafesinos es cómo seguirá la estrategia de su jefe para lograr asegurar la certeza con la que saludó a sus ciudadanos el 25 de mayo: "Pronto se estará votando". Esa respuesta sólo la conoce el gobernador. J.S.M.
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