Marcelo Abram
Fray Luis Beltrán.- "La idea es que el próximo intendente que elija el pueblo bermudense tenga la administración normalizada, que los empleados vengan a trabajar y cobren, y que el tema administrativo y financiero quede organizado. Se detectó que no hay balances ni presupuesto, ni cuentas de contabilidad. En realidad, lo que se ha visto de esta gestión es muy precario". Así fundamentó el senador por el departamento San Lorenzo, el beltranense Jorge Monasterolo, su proyecto para intervenir el municipio bermudense. En su última sesión el Senado santafesino dio media sanción al proyecto de Monasterolo, quien recogió el guante de la oposición de Capitán Bermúdez, territorio durante los últimos tres años del gremialista municipal Jesús Monzón y del edil y dos veces intendente peronista Daniel Cinalli. La intervención municipal impulsada por Monasterolo, ahora en manos de Diputados, desató una controversia política de tal magnitud en la provincia que dejó latente una posible ruptura de relaciones entre el oficialismo reutemista y la UCR en pleno, que advirtió que defenderá ante organismos internacionales su postura de llamar a elecciones. Y es en este punto donde la iniciativa resulta ambigua, según se desprende de un diálogo que mantuvo con La Capital. -¿Hay un plazo determinado para la intervención? -La duración no está marcada en la ley. Lo que sí especifica es que dentro de los primeros sesenta días de intervención se deberá convocar a elecciones, pero no indica para cuándo. Mi idea es que en noventa días se tendría que hacer una auditoría, como punto de partida para reorganizar todo. -¿La intervención llega a abarcar a los dos poderes? -Sí. Durante la sesión manifesté que esto no era una cuestión partidaria, como dicen los radicales, y no es una decisión mía sino de los quince senadores que la aprobaron, quienes comprendieron que Capitán Bermúdez necesita urgente una pacificación y volver a tener servicios. Más allá de la crisis argentina, la ciudad se puede recuperar. Estoy convencido de este camino, porque ya probamos con la metodología de hacer acuerdos: aquí hubo veedores, mediadores, trabajaron la Secretaría de Trabajo (de la provincia), la Pastoral (Social, de la Iglesia), el Ministerio de Gobierno, (la Subsecretaría de) Municipios y obtuvieron prácticamente los mismos resultados, que están a la vista de todos. El senador (Alberto) Becani quería poner un veedor y hacer un nuevo pacto, pero cuántos pactos se firmaron y nunca se cumplieron. La intervención es una nueva figura que espero sirva para recomponer el tejido social. -¿Algún poder superior le dio el visto bueno a la intervención o es una decisión propia del Senado? -En junio de 2001 presenté una resolución en la Cámara pidiéndoles a las distintas comisiones del Senado una investigación minuciosa de la situación de Bermúdez. Este estudio de más de un año nos llevó a la conclusión de que no había otra alternativa que utilizar esta herramienta que ofrece la ley. Además hay informes del gobierno provincial que avalarían este proyecto, ya que en casi todos, lo primero que se aclara es que no se pudo obtener información porque dicen que no hay nada: no se puede entrar en los sistemas contables porque las computadoras están trabadas, no se sabe qué pasa en la administración porque no hay balances. -¿Cómo quedó la relación con el radicalismo? Porque parece que apuntan directamente contra el gobernador... -Sí, pero él no tiene nada que ver. Somos un poder independiente y ésta es una decisión del Senado. Lamento que los radicales no se den cuenta del momento que vivimos, quieren hacer de esto una cuestión partidaria. Hablan muy lindo, pero acá nadie piensa en la gente, y ese es el problema fundamental en Bermúdez. Hablé con muchos vecinos y en todas las reuniones que tuve el común denominador es que quieren resolver esta crisis. Y si la dirigencia política no fue capaz, bueno, no nos queda otra salida. Y, si, como dijo en la sesión pasada un senador radical, esto es antidemocrático, entonces hagamos una ley que elimine la figura de la intervención, y que deje de ser una herramienta legal para situaciones como ésta.
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