Adrián Gerber / La Capital
El éxito del Mercado Retro es una muestra contundente de que no siempre se necesitan grandes inversiones para concretar proyectos que impacten en la ciudad. Muchos funcionarios, una gran mayoría, se la pasan lamentando la escasez de fondos que sufren sus áreas y los magros presupuestos. Y esta actitud termina en la inacción, en la mera contemplación de la realidad, y desnuda a la vez la pobreza de ideas para llevar adelante otras iniciativas, que son pequeñas desde el punto de vista de la inversión económica, pero importantes para mejorar la calidad de vida de la gente. En el Mercado Retro el Estado municipal invirtió 0 peso. Sí, nada. O mejor dicho, casi nada. Sólo la instalación de cables para darles luz a todos los stands. Y sin embargo el impacto que este emprendimiento está teniendo en la ciudad es significativo. Rescató una zona olvidada y desmejorada, generó un nuevo espacio público, un lugar de encuentro y, como si fuera poco, abrió nuevas posibilidades de trabajo para mucha gente. ¿Quién dijo que sin dinero, o con poco, no se pueden hacer cosas que beneficien a la ciudad? Sólo hace falta que los cargos públicos estén ocupados por personas inteligentes, formadas, creativas, activas, emprendedoras, lúcidas, innovadoras. Y sería positivo que la experiencia del Mercado Retro se expandiera a otras áreas del Estado. Por ejemplo: ¿qué espera la Municipalidad para llevar adelante un programa que impulse el uso de la bicicleta como medio de locomoción? Según datos de la propia Dirección de Tránsito, ya se duplicó la cantidad de gente que se moviliza por este medio como consecuencia de la crisis económica. Pero ante la falta de ciclovías, la desprotección que padecen los ciclistas en las calles es total, exponen su vida a cada segundo. ¿Por qué el Estado contempla impávido este fenómeno? ¿Cuánto cuesta implementar una amplia red de ciclovías por todo Rosario, como las que ya existen en calle Buenos Aires, Entre Ríos o avenida Presidente Perón (ex Godoy)? Sin duda, la inversión no es faraónica y el beneficio que traería para miles de rosarinos es incalculable. Es hora de los pequeños grandes proyectos.
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