Jorge Salum / La Capital
El juez de Instrucción Luis María Caterina procesó a siete sujetos acusados de integrar una organización delictiva que supuestamente extorsionaba a los transeúntes en una de las peatonales de la ciudad a través de un juego de azar conocido como el "juego de los cubiletes". El magistrado interpretó que los presuntos delincuentes empleaban este mecanismo para atraer a sus desprevenidas víctimas y una vez que lograban interesarlos en el juego se apoderaban de su dinero, embaucándolos, intimidándolos y en algunos casos hasta agrediéndolos físicamente. El juez cree que los miembros de esta mafia pagaban coimas a la policía para poder operar libremente a la vista de cientos de personas, aunque aún no pudo identificar a los efectivos que habrían recibido esas dádivas. Entre los procesados está el presunto jefe de la organización mafiosa, un ciudadano uruguayo identificado como Carlos Eduardo Gutiérrez. Los otros miembros de la banda son Alfredo Gabriel Soricetti, Teófilo Miguel Rojas, Laureano Alberto Muñoz, Walter Gabriel Pérez, Eduardo Héctor Pianca y Eliel Julián Lamas. Aunque a primera vista parecía que el juez los imputaría por una figura ligada a la defraudación, a todos ellos los acusó a integrar una organización destinada a delinquir, de extorsión y de cohecho. Además, tres mujeres sospechadas de colaborar con estos sujetos también fueron procesadas aunque solamente por extorsión y como partícipes secundarias. Según la investigación, eran quienes alentaban a jugar a los caminantes pero no intimidaban a nadie. Otro hombre que al principio parecía involucrado en las maniobras quedó a un paso de ser desvinculado de la investigación porque está casi probado que no es miembro del grupo. El juez ya dijo que no hay indicios suficientes paramantenerlo como imputado, aunque por ahora lo mantuvo dentro de la causa. En el expediente que tramita Caterina hay indicios muy fuertes contra los integrantes de esta organización delictiva, entre ellos un video con imágenes registradas por efectivos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) de la policía filmado mientras operaban en la peatonal San Martín, entre Rioja y San Luis. Los detectives de las TOE intervinieron por orden de Caterina a partir de la denuncia de un ciudadano que se sintió indignado porque vio cómo los cubileteros se apoderaban de 300 pesos de un jubilado. Este incidente ocurrió en el mismo sitio donde las TOE los filmaron y donde estos sujetos fueron detenidos hace un mes mientras estaban en plena acción. Cuando pasó lo del jubilado, un vendedor de diarios intervino en defensa del hombre y uno de los cubileteros llegó a golpearlo. El testigo que luego denunciaría el caso avisó inmediatamente a la policía pero llamativamente nadie acudió a su llamado. En la resolución del juez Caterina se deja entrever que esto es porque esta banda "perfectamente organizada" pagaba rutinariamente dádivas a efectivos policiales. "De otra manera no se explica cómo podían hacer todo esto en horario de mucho movimiento y a la vista de todos", razonó el magistrado. De hecho los efectivos de las TOE secuestraron a los sospechosos una hoja donde llevaban "una contabilidad elemental" (así la llamó el juez) donde había un item que decía: "Policía". Para los investigadores es otro indicio de que los timadores coimeaban a algunos uniformados para garantizar que no los dejarían operar libremente. El modo de operar de la banda era el siguiente: invitaban a los caminantes a participar en el juego del cubilete y los hacían a apostar. Siempre dejaban que el primero ganara, a veces hasta 200 pesos, y luego la situación se invertía: todos los demás perdían y cuando alguno reclamaba su dinero o se quejaba por la manera en que lo habían embaucado los intimidaban o agredían físicamente.
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