Valparaíso. - El presidente chileno Ricardo Lagos anunció su propósito de erradicar del país la "pobreza dura" que afecta a 850.000 indigentes, dentro de los próximos cuatro años, y anunció una reforma a los sistemas de salud, en un mensaje de marcado contenido social ante el Congreso. El presidente chileno elogió el modelo de desarrollo elegido por su país y recordó que desde el retorno a la democracia en 1990 al 2000, la población bajo la línea de pobreza descendió del 40% al 20%. "Pero hemos aprendido que con el modelo de crecimiento económico acelerado no basta" para terminar con la denominada "pobreza dura", por lo que anunció un plan de ayuda para esa franja menos favorecida de la población.
Ante el Senado y la Cámara de Diputados reunidas en asamblea en Valparaíso, a 100 km de Santiago, Lagos admitió que la economía del país enfrentará dificultades en los próximos meses (lo que significa que crecerá a un ritmo de "sólo" el 3% anual), pero destacó el reciente acuerdo con la Unión Europea para una asociación política, cultural y económica que incluye, como ítem clave, un tratado de libre comercio. Un signo del alcance internacional de la buena imagen de Chile, mientras casi toda Sudamérica se debate en la crisis. Recientemente, en la cumbre de Madrid entre Europa y América latina, los cuatro socios del Mercosur (la devaluada Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, muy golpeado por la crisis argentina), pidieron sin éxito una fecha concreta para un acuerdo de libre comercio.
Graves incidentes
Mientras Lagos hacía su discurso, miles de manifestantes marcharon hasta la sede legislativa, pero la policía les impidió el paso en medio de disturbios que se extendieron por más de dos horas y dejaron un centenar de detenidos. Los manifestantes lanzaron objetos y encendieron barricadas. Fueron convocados por las federaciones estudiantiles y la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), y exigían mayores aportes del Estado para la educación universitaria y un aumento de 30% en el sueldo mínimo de los obreros.
Afirmó que es su decisión "terminar de una vez por todas con este flagelo de la miseria" antes de concluir su gobierno de seis años en marzo de 2006. "He decidido que todas estas familias recibirán un bono de protección mensual de 10.500 pesos" (16 dólares), dijo el mandatario, al referirse a la primera etapa de este plan de solidaridad. "Como dijo el Papa Juan Pablo II, los pobres no pueden esperar. Y estos pobres no van a esperar", agregó el presidente, en medio de los aplausos de los legisladores y otras autoridades, entre ellas las de la Iglesia Católica, reunidas en la sede del Parlamento.
Dentro de este enfoque social, el mandatario expuso las principales líneas de "la tercera gran reforma" de los gobiernos de la Concertación Democrática, la coalición que encabezan su Partido Socialista y la Democracia Cristiana desde que concluyó hace 12 años la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La reforma de la salud
Después de las reformas a la educación y al sistema judicial, el presidente adelantó que enviará al Parlamento una propuesta legislativa para implementar el sistema llamado Auge (Atención Universal de Garantías Específicas). "La reforma de la salud tiene un solo norte: dar mejor atención de salud a todos los chilenos a través del plan Auge, evitando las desigualdades de hoy", señaló, al explicar que esa atención abarcará 56 enfermedades que van desde el cáncer y el sida hasta las afecciones de la vesícula. Hoy en Chile los asalariados se afilian a un seguro privado de salud, pero éste no cubre las llamadas "enfermedades catastróficas", como un cáncer avanzado o patologías cardíacas graves. Para obtener los mayores recursos que requerirá el programa, Lagos anticipó la creación de un fondo solidario de 150.000 millones de pesos (230 millones de dólares), que será financiado con impuestos al tabaco, las bebidas alcohólicas y los combustibles.
El plan se pondrá en vigencia en septiembre con la atención integral de los cánceres infantiles "en el 100% de los casos", según indicó en medio de los aplausos de los parlamentarios del oficialismo, pero también de la derecha opositora.
La declaración del presidente se produjo cinco días después que el Banco Central redujo sus proyecciones de crecimiento y estimó que este año habrá un aumento de apenas 3% en el Producto Bruto Interno. En enero pasado se estimaba un crecimiento del 3,3%. Los nuevos estudios del Banco Central anticiparon sin embargo que en el segundo semestre habrá una mayor expansión por "el dinamismo de las exportaciones" y "una mayor contribución de la demanda interna al crecimiento". (AFP)
La Ciudad
