Jerusalén. - El primer ministro israelí Ariel Sharon parecía ayer determinado a llegar hasta el final en su puja con el poderoso partido ortodoxo Shas, tras haber destituido a cuatro ministros de esa formación, dejando planteada la amenaza de elecciones anticipadas en Israel.
Sharon destituyó a cuatro de los cinco ministros del Shas que el lunes por la noche votaron en el Parlamento unicameral (Knésset) contra el plan de austeridad económica presentado por el gobierno. El quinto ministro miembro del Shas, ausente durante la votación, dimitió por solidaridad con sus colegas.
Según la televisión pública israelí, el primer ministro no piensa ceder ante el Shas y dio instrucciones estrictas a su entorno para que no se emprenda ninguna negociación con sus representantes. Pero también suspendió los contactos con las formaciones susceptibles de entrar a formar parte de su coalición en lugar del Shas, y con los de otra formación ultrarreligiosa, la Lista Unificada de la Tora, que también formaba parte de su coalición y ahora destituidos por votar contra el plan de austeridad.
Sharon piensa someter hoy de nuevo ese plan de emergencia económica en primera lectura ante la Knésset, obligando a las dos formaciones a asumir sus responsabilidades sabiendo que, conforme a la reglamentación, las medidas de destitución de los ministros no tendrán efecto hasta la medianoche de hoy.
Sin el apoyo del Shas (17 diputados) y de la Lista Unificada de la Tora (cinco), Sharon dispondría en principio del apoyo parlamentario de sólo 60 de los 120 diputados: Likud, 19; Laboristas, 24; Israel Be Aliyah, 4; Partido Nacional Religioso (PNR), 5; Partido del Centro, 5 y Guesher, 3.
Sharon se vería entonces obligado a buscar una nueva mayoría si quiere evitar las elecciones anticipadas. El partido laico y centrista Shinui, que cuenta con seis diputados, y varios diputados ultras podrían unirse a la coalición.
La Knésset rechazó el lunes por la noche por 47 votos contra 44 y una abstención el plan de austeridad adoptado por el gobierno. Este plan de "emergencia económica" pretende reducir en 2.600 millones de dólares el déficit presupuestario generado por 20 meses de Intifada palestina y la crisis económica, en especial en el turismo y la industria de alta tecnología.
Fue la reducción de las ayudas familiares en unos 200 millones de dólares prevista por el plan -un duro golpe para el electorado de los partidos ultrarreligiosos que cuenta muchas familias numerosas- lo que llevó a los dos partidos religiosos a romper con Sharon.
"No debemos caer como Argentina"
"Sharon ha hecho exactamente lo que debía hacer. No se debe permitir que nuestra economía se desplome como la argentina", declaró a los periodistas el ministro laborista de Relaciones Exteriores, Shimon Peres. La crisis tuvo como efecto inmediato una depreciación de la moneda nacional, el shekel, así como una baja de los valores en la bolsa de Tel Aviv. (AFP)