El gobierno volvió a negar ayer haber incurrido en supuestas prácticas de clientelismo político vinculadas a la distribución de los planes sociales. De todos modos, la Casa Rosada admitió la "preocupación" de los mandatarios de Santa Fe, Carlos Reutemann, y de Buenos Aires, Felipe Solá, en torno al mecanismo de entrega de los subsidios para jefes y jefas de hogar desempleados. Pese al renovado propósito oficial de enfriar la controversia, tanto Reutemann como Solá ratificaron sus quejas, a las que ahora se sumó el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Además, el cordobés José Manuel de la Sota decidió apartarse de la coordinación, administración y pago del plan luego de analizar las situaciones de conflicto planteadas en distintas provincias por la instrumentación de este programa. "Estamos empezando mal", afirmó Reutemann en relación a la distribución de esa ayuda. Solá, por su parte, se mostró molesto por no haber recibido aún respuesta desde la Nación sobre la entrega de 65.000 planes a Buenos Aires, sin pasar por su despacho, a pesar de haber hecho un planteo concreto al presidente Eduardo Duhalde. En sintonía, Ibarra advirtió que el "ciento por ciento" de esos programas debieron pasar por las Gobernaciones. Como réplica, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, reivindicaron la transparencia del sistema y restaron trascendencia al envío de las planillas de inscripción a los legisladores nacionales, un tema que días atrás había generado otra polémica. Atanasof dijo que el programa "no admite trampas ni clientelismo por primera vez en la Argentina", y reclamó no buscar "fantasmas", porque "es una polémica de orden político". Por su parte, Fernández aseguró entender la "preocupación" de Reutemann y Solá: "Lo que deben estar buscando es que no haya alguien que se haga el piola" con este tema. Sin embargo, el Lole ratificó su malestar varios días después de haberle imputado a la Nación que le están "embarrando la cancha". La acusación del gobernador fue una réplica al dirigente piquetero Luis D'Elía (CTA), quien desde la misma Casa Rosada denunció irregularidades en la distribución de los subsidios en Santa Fe. "Hablamos de que hay que cambiar las reglas de juego. Sin embargo, esto no ocurrió. Estamos empezando mal porque se dijo que el gobierno puso todas las herramientas para impedirlo, y sucedió", explicó Reutemann. Paralelamente, las denuncias por supuestas irregularidades en la entrega de los programas reavivaron ayer la polémica entre los legisladores oficialistas, que minimizaron los inconvenientes, y los del arco opositor, que reclamaron mayor transparencia en los procedimientos. En medio de esta controversia, el intendente de Gran Guardia (Formosa), Pablo Bernal, admitió que ofreció a empleados de su comuna sumarlos al plan laboral ya que no puede pagarles los sueldos.
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