cartas

¿Es el dinero lo único que vale?

Esta es una forma de expresar mi gratitud a quien siembra su propio jardín y adorna su propia alma, con el trato cotidiano y amoroso para con los ancianos carentes de lucidez, movilidad y no pocas veces de afecto. Hace exactamente un año mi madre fue recibida por la señora Ana Betique, en su Hogar Madre Teresa, de Granadero Baigorria. La frase: "Una madre puede atender muchos hijos, pero muchos hijos no pueden hacerlo con una mamá", no rige para aquellos que tenemos que afrontar como yo la triste situación de una madre deteriorada física y psíquicamente por el mal de Alzheimer. La profunda tristeza de la decisión médica y familiar se vio compensada, no con pisos lustrados ni mobiliarios modernos, ni enfermeras o mucamas vestidas de blanco, sino por el trato digno y familiar, el tono suave, la caricia oportuna, la risa fresca, la comida nutritiva y caliente, la contención adecuada de quienes con la simpleza a flor de piel me enseñan diariamente como transitar el áspero camino de la vejez con enfermedades irreversibles.
Beatriz Caserio