Marcela Isaías / La Capital
Bastó que recorriera algunas villas miserias de Rosario para corroborar que las estadísticas internacionales que asignan a la Argentina un 97% de alfabetización, no son ciertas. La visión proviene del doctor en educación Magnus Haavelsrud, miembro de la Escuela de Oslo (Noruega) fundada por el sociólogo Johan Galtung, quien ha acuñado los términos de violencia estructural, violencia directa y concepto de paz positiva. Convencido de que la pobreza debería ser hoy el gran tema de quienes pretenden educar para la paz, Haavelsrud advierte que "la erradicación de la miseria es discutida anualmente por las Naciones Unidas, sin embargo sigue siendo un problema y sigue sin aparecer en los contenidos curriculares como debería"; al menos considera que en su país la cuestión tendría que ser revisada. Según su visión, "el mensaje de educación para la paz es el de cruzar divisiones, bordes, límites, el de vincularse entre los distintos países, entre los diferentes géneros y clases sociales, porque eso enriquece todo proceso educativo, por lo tanto las miradas desde afuera a los problemas son extraordinariamente importantes". Invitado por Ciudades Educadoras Delegación América Latina, Haavelsrud visita Rosario para realizar una serie de actividades vinculadas a su trabajo de educar para la paz, entre ellas un curso para policías que tendrá lugar hoy en la Unidad Regional II. También, en este marco de trabajo, mañana a las 18.30 dictará una conferencia sobre "Perspectivas acerca de la resolución pacífica de conflictos en una sociedad en crisis. La mirada local y global", en el Club Policial -Entre Ríos 251-, actividad que cuenta con el auspicio del programa "El diario en el aula" de La Capital. La charla, libre y gratuita, está dirigida a docentes, miembros de organizaciones no gubernamentales, de derechos humanos y funcionarios. -Usted ha señalado que en educación para la paz se trata de conocer, imaginar, decidir y actuar. ¿Se trata entonces de no abandonar las utopías? -Cuando miramos a nuestro alrededor, lo primero que aparece es la situación de violencia en que vivimos. Para quienes actuamos en educación para la paz, lo fundamental es buscar las causas de esa violencia y analizarla. De esta manera estructuramos nuestra visión sobre lo que "debería ser" y "no es", lo que en definitiva denominamos como una utopía. En este "debería ser" y "no es", es donde pensamos acciones para lograr esa utopía, por eso se unen aquí el conocimiento, las causas, lo que "debe ser" y las acciones necesarias. Claro que sobre estos conceptos hay muchas opiniones y de allí devienen las diferentes interpretaciones de educación para la paz. -Educar para la paz es una consigna con la que nadie está en desacuerdo, sin embargo las diferencias aparecen en cómo concretar esta idea. ¿Qué acciones considera necesarias para llevar adelante esta educación? -Lo más importante es trabajar con lo más cercano, con lo que nos rodea. Un análisis interesante es comenzar a trabajar desde lo micro, sobre lo que pasa a nuestro alrededor, pero también su vinculación con lo lejano, porque ambas situaciones se relacionan permanentemente. Es decir, los primeros pasos en educación para la paz deben darse siempre en relación a lo más cercano. -¿Cuál es el rol de los educadores en esta concepción? -El educador debe tener una visión clara sobre cómo establecer un deber se y una utopía, para luego determinar sus acciones. Igual considero que la acción del educador debe estar vinculada al contexto donde trabaja. También se trata de que pueda realizar una permanente crítica hacia su rol y la sociedad en que vive, se trata de una reflexión continua, entre las personas que comparten un mismo contexto.
| "Al abordar la violencia hay que empezar por lo cercano". | | Ampliar Foto | | |
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