Fernando Toloza / La Capital
Gustavo Postiglione terminó "El cumple", su quinto largometraje, y tras la exhibición en el último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, donde recibió calurosos elogios, cerró el trato para el estreno comercial del filme en agosto próximo. A ello se suma la posibilidad de un programa televisivo en Rosario, el estreno de "Camino a Santa Fe", su segunda película, y el comienzo del rodaje de "La peli", su sexto largo, además de otros proyectos. El director de cine rosarino aseguró a La Capital que su película "El asadito" le abrió muchas puertas, pero también dijo que el éxito del filme lo "paralizó" y que la importancia de "El cumple" residirá, entre otros aspectos, en mostrarlo como algo más que el director de "El asadito". Según anticipó, con "El cumple" advirtió cuál era el eje de la trilogía que este filme formará con "El asadito" y "La peli": "Es mostrar, en forma casi pornográfica, cosas que me pasaron en la vida, como también mis obsesiones y mis miserias", anticipó. -¿El que vea "El cumple" se va a encontrar con un nuevo "El asadito"? -Las películas tienen tanto puntos de encuentro como de desencuentro. Hay un tono que es parecido en cuanto a los diálogos, el humor, algunas situaciones, después "El cumple" se despega bastante de "El asadito", más que nada porque va más en profundidad en algunas cosas. -¿Estás diciendo que "El asadito" era un poco superficial? -No, es al revés. "El asadito" no es superficial, lo que quiero decir es que "El cumple" es un poco más profunda. "El asadito" hacía un esbozo de muchas cosas y en algún momento se metía en ellas; había como golpes y sobre el final aparecía el conflicto grande que le daba cuerpo a la película. En "El cumple" vamos desde la superficie hacia el tema de los conflictos, que son múltiples, y además está la complejidad de cómo está contada la película. -¿Te vas a poder despegar de "El asadito? -Mi mayor temor era quedar estigmatizado como el director de "El asadito". En un punto, "El asadito" me paralizó. Por suerte ya había filmado "El cumple" cuando se estrenó "El asadito", porque después de esa película se venía una exigencia muy fuerte, y por eso estuve mucho tiempo editando "El cumple", porque no encontraba la forma que debía tener para despegar de "El asadito". El primer corte era de dos horas y medias y finalmente quedó en 80 minutos. -¿Perdiste plata? -Tengo deudas. Parte de lo que gané en "El asadito" lo puse en "El cumple" y supongo que si esto funciona como se prevé, las deudas se pagan. Por otro lado, por lo que veo, "El cumple" apunta a que va estar mejor, aunque no creo que vaya a ganar mucho dinero. -¿No sentís que hay una confusión general con todas tus películas y que nadie sabe muy bien de que película estás hablando? -(Risas) Sí, es cierto. Lo que ocurrió es que salieron muchas cosas juntas. Se reconoce "El asadito" y el resto ya se ordenará con el estreno de "El cumple". En Buenos Aires me preguntan siempre cómo logramos hacer tantas cosas y a mí me parece interesante que se vea que acá, en Rosario, hay un movimiento de producción que no se detiene. El estreno de "El cumple" va a dejar claro que está pasando algo. Mientras tanto, se hizo el telefilme "Delivery", se mostró "El cumple" en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires y a fin de año se viene "La peli". -¿Y parece que también se agrega un programa en Canal 3 de Rosario? -Sí, a Canal 3 le interesa hacer un programa con la idea de lo que hacíamos en Canal (á) cubriendo la movida cultural. Ahora hace falta conseguir plata. -¿"La peli" no se iba a rodar a la par de "El cumple". -Sí, pero después cambié de idea porque a partir de "El cumple" me di cuenta de que lo que me pasó a mí y a gente que me rodea podía ser interesante para ser contado. Prácticamente me empecé a desnudar públicamente en mis películas: las obsesiones, las miserias, la búsqueda que hace un director y todo basado en las relaciones personales y afectivas. La trilogía trata de desentrañar ese nudo que es el vínculo entre el hombre y la mujer, cómo resolver el conflicto. A veces pienso que si no puedo resolverlo en la vida al menos quiero intentarlo en las películas. -¿No te asusta la exposición? -No, porque sentí que los años no pasaron al pedo y que había mucha verdad en lo que me había pasado a mí y a mucha gente cercana. Traté de mirar desde ese lugar, tomé una actitud pornográfica con mi vida y me animé a hacer una película con ese grado de exposición que admiro en muchos autores, poniendo las miserias propias. -¿Y cuál es el límite con la megalomanía? -El tema es que, si sos capaz de reírte de vos mismo, la megalomanía baja. Si uno se puede poner en ridículo, el megalómano disminuye, pero también es cierto que cualquier director de cine, cualquier tipo que crea algo, tiene un toque de megalómano y el ego está ahí muy presente. Si sos capaz de sacar tus miserias y reír, te tornás más humano.
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