El presidente estadounidense, George W. Bush, llegará mañana a Miami para pronunciar un discurso en el que se espera anunciará un endurecimiento de sus políticas contra Cuba, paradójicamente cuando aumentan las voces de tolerancia dentro del exilio cubano. Bush tiene previsto llegar a Miami el lunes al mediodía para pronunciar en la noche un discurso en la Pequeña Habana, el corazón del exilio cubano, en un banquete cuyo objetivo primario es recaudar fondos para el Partido Republicano, con el que simpatiza la mayor parte de la diáspora cubana. Los medios de Miami especulan con que Bush se apresta a endurecer el embargo que desde hace cuatro décadas mantiene EEUU sobre la isla y que aumentará las multas a los norteamericanos que realizan viajes a Cuba o hacen negocios con sus autoridades. Aprovecharía también para retar a Castro para que democratice su país exigiendo elecciones libres, la liberación de presos políticos y la vigencia de otras libertades, todas las cuales se plantean en el proyecto Varela, que alientan dentro de la isla los disidentes. En realidad Bush ha estado ofreciendo desde enero modificar completamente sus políticas hacia Cuba. La extrema derecha del exilio se frota las manos esperando más mano dura. La representante republicana Ileana Ros Lehtinen dijo al diario The Miami Herald que cree que Bush anotará un hermoso jonrón para la causa del exilio. No obstante, una encuesta divulgada esta semana en Miami señala que las tendencias moderadas están ganando terreno dentro del exilio y que hay menos intransigencia que hace algunos años para posibilitar cambios en Cuba. (DPA)
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