Daniel Leñini / La Capital
"A usted, que quizás se encuentre cómodo en el living de su casa, en minutos le presentaremos imágenes del lugar más pobre de la Argentina, algo estremecedor. . .", dijo con su habitual cara de pocker Chiche Gelblung. Luego de la pausa, a eso de las 23.15, "Memoria" reveló que el sitio era... Rosario, y pasó a mostrar escenas registradas en los barrios Empalme Graneros, Las Flores y La Granada. Con diferencia de horas, "Punto.doc", de la dupla Daniel Tognetti-Rolando Graña, avisó: "Estuvimos en la capital del trabajo infantil, Rosario, donde 15 mil chicos menores de 16 años trabajan cotidianamente". "Fuego contra Fuego", apenas inaugurado bajo el dueto Roman Lejtman-Marcelo Longobardi, sorprendió desde otro costado: aprovechó las imágenes de jóvenes embolsando cereal de un vagón descarriado y mientras corrían exageró: "Esto pasa todos los días en Rosario, las imágenes son de hoy pero es algo que ocurre diariamente". ¿Qué sucede con Rosario, asociada eternamente en las presentaciones a algún disvalor; de Chicago argentina a capital de los saqueos, los comegatos, las vacas descuartizadas y el trabajo infantil? ¿El conurbano bonaerense, más cercano a los set televisivos, acaso vive mejor? ¿Son justificados los titulares penosos que le endilgan los medios porteños o encajan -a tono con comentarios de esta semana- en operaciones políticas contra Reutemann? La Capital entrevistó a productores periodísticos y columnistas de algunos de esos programas. Todos aconsejaron descartar de plano las sospechas relativas a alguna mano aviesa. Entre ellos, el rosarino Reynaldo Sietecase (columnista de "Detrás de las Noticias", de Jorge Lanata) y Roberto Mena, productor periodístico y enviado de Gelblung, autor del polémico informe sobre el lugar más pobre. También Gerardo Brandi (productor ejecutivo de Cuatro Cabezas, productora de "Punto.doc") y Mona Dugatking (de "Kaos en la ciudad", por Canal 13, conducido por Juan Castro). Los testimonios se reproducen por separado pero bien se puede mencionar aquí que los periodistas coincidieron que en los códigos y lógica televisivos las imágenes de las vacas faenadas en Circunvalación y Lucero (zona sur), donde el sábado 23 de marzo volcó un camión con 22 animales, resultaron tremendas. De una u otra forma -además de repetir la secuencia- había que seguir con el drama del hambre y la pobreza, por lo que el foco permaneció durante unos días puesto sobre la ciudad. En semanas sucesivas, y hasta pocos días atrás, se multiplicaron los animales carneados (muchos caballos) en otras partes, pero la trascendencia fue menor. De lo que se infiere la importancia que siempre arrastra el primer suceso. Y en varios acontecimientos desgraciados (saqueos, faenas) Rosario resultó precursora. (¿Le tocará también serlo con relación a miles de empleados bancarios dejados en la calle?) Sietecase, con la mayor parte de su vida desarrollada en la ciudad, dice: "Los saqueos del 89 comenzaron a poner a Rosario en la primera plana nacional e incluso internacional; fue en ese momento que se empezó a hablar realmente de hambre. Rosario es el paradigma del desastre económico (la desindustrialización feroz que provocó miles de desempleados) pero no el lugar más pobre de la Argentina". "Lo de los gatos, en cambio, fue algo armado por un periodista de Capital -sostiene-. Recuerdo que Osvaldo Soriano, que estaba por acá esos días, me dijo: «Eso no puede ser. En ningún lado los pobres se comen a los gatos, porque si no, las ratas se los comen a ellos. Sería como comerse la penicilina». Nunca olvidé aquella frase".
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