El presidente Eduardo Duhalde aseguró ayer que no fue elegido "para ponerle una lápida al país" sino para "ponerlo en pie", por lo que les pidió a los políticos que lo ayuden y que, sobre todo, "pongan el patriotismo desinteresado por encima de otros intereses".
"No fui elegido para ponerle una lápida al país, sino para ponerlo de pie y necesito que colaboren, como lo hace el pueblo humilde, con un patriotismo desinteresado; es mi última misión en la política y necesito que el patriotismo se ponga por encima de todo otro interés", afirmó el bonaerense.
En una visita de tres horas y medias a la provincia de Tucumán, Duhalde otorgó 220.000 pesos en planes de trabajo a la cooperativa Campo de Herrera, ubicada a 35 kilómetros de la capital, y presidió el acto de reapertura de la fábrica de calzados Alpargatas, en Aguilares, situada a 85 kilómetros de San Miguel.
El mandatario llegó a las 10.10 al aeropuerto Benjamín Matienzo en un avión DC 53, en el que también viajaron la ministra de Trabajo, Graciela Camaño; el titular de la Ansés, Sergio Massa, y los senadores José Alperovich y Malvina Seguí (PJ). Fue recibido por el gobernador Julio Miranda y el intendente capitalino, Raúl Topa.
Tras los saludos protocolares, el jefe de Estado se dirigió en el helicóptero presidencial a la cooperativa Campo de Herrera y en el mismo aparato fue a Aguilares, para la reapertura de Alpargatas.
Consultado sobre un hipotético adelanto de las elecciones, respondió: "Lo importante no es que Duhalde se vaya antes o después, yo me voy a quedar hasta que el país se ponga de pie y le entregaré el poder a quien el pueblo elija en diciembre de 2003".
Después de admitir que se están analizando posibilidades para desarmar el corralito y aunque no quiso dar mayores precisiones, reconoció que revisará "muy seriamente" la posibilidad de un aumento salarial, barajada nuevamente por la ministra Camaño.
"Muchos gremios los están subiendo (a los sueldos), como los de los trabajadores de la pesca y de los frigoríficos, para seguir la inflación, pero en el sector público, donde no se está despidiendo gente, es imposible; en otros sectores puede ser", aclaró el presidente.
Por su parte, Camaño dijo que "la gente humilde que, con ingenio y garra, busca la manera de seguir, es el ejemplo de la argentinidad", tras lo que agregó que los casos de Alpargatas y de Campo de Herrera refuerzan la importancia del "trabajo sindicalizado y de la acción cooperativa".
"Es necesario seguir peleando y comprometer todos nuestros esfuerzos para estar cerca de la gente que sigue a pesar de todo pensando que este es el mejor lugar para vivir. Es nuestro fin llegar a 2003 con un país en marcha y con todos los argentinos incluidos socialmente, como dice el presidente", aseveró la ministra.
El gobernador Miranda consideró finalmente como actos "muy positivos" los convenios firmados en Campo de Herrera y la reapertura de Alpargatas, porque le dan tranquilidad a "150 familias (unas 2.000 personas) en el primer caso y significan una fuente de trabajo para otras 1.300".
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La Ciudad
