Año CXXXV
 Nº 49.479
Rosario,
miércoles  15 de
mayo de 2002
Min 10º
Máx 17º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Editorial
Subsidios y trabajo

En esta misma columna se sostuvo, poco tiempo atrás, que resultaban irreprochables los fundamentos a partir de los cuales la Nación otorgó un subsidio de 150 pesos a los jefes y jefas de hogar desocupados. Pero también se observó que la perentoriedad con que debía implementarse ese auxilio en el marco de la grave crisis económica actual no significaba ignorar el costado problemático de la medida. Se hacía alusión, por cierto, a la naturaleza de parche que conlleva la misma, y a que la tarea primordial del gobierno es generar legítimas fuentes laborales en la Argentina. La propuesta emanada desde distintos sectores de la comunidad rosarina para que los sesenta mil desempleados de la ciudad que muy pronto cobrarán esa suma realicen un concreto aporte en tareas de limpieza y mantenimiento urbano se relaciona directamente con la preocupación expuesta, y parte de un sustrato común, cual es el hecho de mantener en pie los principios que sustentan la deteriorada cultura del trabajo.
El intendente Hermes Binner adhirió a la idea. En diálogo con este diario, expuso con claridad su punto de vista: "Desde doblar gasa en los hospitales hasta barrer el patio de una escuela" pueden ser funciones que cumplan los beneficiarios de planes sociales. En la tapa de La Capital del pasado domingo también se realizaban sugerencias: desmalezamiento, reparación de veredas, pintar escuelas, tapar baches y zanjeo en los barrios. Ocurre que no hace falta desplegar un elevado nivel de atención durante una recorrida por la ciudad para comprobar que su estado dista de ser el deseable. Espacios públicos convertidos en basurales y edificios estatales en pésimas condiciones son apenas la punta de un notorio "iceberg". En ambos casos se trata de situaciones que sirven como ejemplo del problema y simultáneamente dan la pauta de la solución, porque ambas se resuelven con simpleza poniendo manos a la obra.
La inmensa fuerza de trabajo que constituyen 60 mil personas no debe ser desaprovechada; sobre todo, si se toma en cuenta que nada resulta más legítimo que requerir una pequeña contraprestación por el subsidio otorgado. Mucho más si se recuerda que dicha contraprestación se vincularía con el bien común de los rosarinos.


Diario La Capital todos los derechos reservados