Año CXXXV
 Nº 49.479
Rosario,
miércoles  15 de
mayo de 2002
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cartas
César Milstein

Exhumando una consideración dolorosa, César Milstein expresaba: "Me echaron del Malbrán porque decían que era judío y comunista". Merced a una designación acertada del presidente Frondizi, entre 1961 y 1963, pudo trabajar, soñar y enseñar en el mayor laboratorio de la Argentina y escuela de científicos. La caída de Frondizi marcó un hito negativo para la ciencia, el instituto fue intervenido. Las razones políticas y personales que se esgrimieron fueron verdaderas falacias que reniegan de la realidad. El doctor Milstein fue becario en la Universidad de Cambridge (en Gran Bretaña), nada menos que en el Medical Center Research. Los detractores quedaron estupefactos cuando en 1984 recibió el premio Nobel de Medicina por su trabajo para perfeccionar el sistema de defensa inmunológica; con qué sarcasmo y mordacidad actúa el saltimbanqui de la política, dando preeminencia a mezquinas convicciones reñidas con la capacidad. Insípidas manifestaciones racistas logran que el exterior valore a personas de tamaña envergadura. Maimónides (el ilustre sabio y filósofo) consideraba "que los investigadores reflexionan acerca de interrogantes que les pueden ayudar a entender a nuestros semejantes y al universo que los rodea". Para Milstein la verdad de su lucha era el supremo objetivo. Lamentamos su fallecimiento, tenía mucho por hacer. Nos congratula que este Nobel argentino haya sido capaz de desparramar su ciencia por el mundo. El protagonismo científico del país seguirá pese a los derrotistas de ayer, de hoy y de siempre.
Manuel E. Wischñesky


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