Año CXXXV
 Nº 49.479
Rosario,
miércoles  15 de
mayo de 2002
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También tuvieron una leve alza las industrias frigorífica y metalmecánica
La actividad agrícola hizo disminuir la desocupación en el sur de Santa Fe
En General López hubo en los últimos meses más gente que pudo conseguir trabajo que la que lo perdió

Carlos Walter Barbarich / La Capital

Venado Tuerto. - El delegado de la Secretaría de Trabajo de la provincia en el departamento General López, Carlos Guaci, admitió que en los últimos tres meses fue mayor la cantidad de personas que encontraron empleo que los que fueron expulsados del mercado laboral. Los guarismos cortaron la curva descendente de la desocupación de otros meses y la actividad en frigoríficos, metalmecánicas, transporte y trabajos de acopio experimentó una leve alza en la demanda laboral.
Siempre se dijo, y con razón, que el puntal para combatir la desocupación en esta zona era la actividad agropecuaria, más aún en épocas de cosecha. Los grandes rindes de la soja y el maíz fueron el motor para que los magros datos laborales de principios de año fueran remontando lentamente. Cierto es también que, aunque se abrieron nuevas fuentes laborales, las disposiciones vigentes traban que se produzcan reducciones de personal.
"Después de mucho tiempo -dijo Guaci- se cortó la racha adversa. Desde marzo es cada vez más la gente que entra al mercado laboral que la que sale, y cada vez es mayor la diferencia entre ingresos y egresos".
Todos los datos proporcionados por la delegación de Trabajo tienen que ver con personas que ingresan a trabajar mediante un contrato laboral o directamente a través de la relación de dependencia. Sin embargo, y abonando su visión optimista, el funcionario indicó que hay muchos trabajadores que están prestando servicios en negro y que "no pasan por la Secretaría de Trabajo", pese a lo cual se sinceró: "Si bien no es lo óptimo, al menos les sirve a esas personas para combatir la desocupación".
En el mes de abril cerca de 250 personas consiguieron trabajo, mientras que 130 lo perdieron. Durante marzo los guarismos fueron parecidos aunque la brecha entre los que entraban y salían era menor. "El campo fue un motor fundamental -dijo Guaci- en la disminución de la desocupación ya que ese sector arrastra consigo un despegue que, en principio, parece temporal, pero que en esta ocasión parecería que va a durar un tiempo más prolongado".

Un rubro en crecimiento
El funcionario basa su mirada en que la industria metalmecánica ha crecido como consecuencia de la devaluación, pese a que esa situación todavía no se trasladó a los salarios de los obreros. Señaló además que aumentó mucho la demanda de silos de acopio y que ese hecho produjo una notable reactivación en la industria metalmecánica. "Los chacareros desconfían de la situación económica y por ende de las acopiadoras, por lo cual prefieren comprar silos y almacenar el cereal en sus propios establecimientos", apuntó Guaci.
Otro sector que se vio beneficiado con la devaluación fue el de la industria cárnica. El frigorífico Hughes está trabajando con 437 trabajadores y el Cepa de Venado Tuerto con cerca de 400.
Sin embargo, y para ir acostumbrándose a la realidad de un país impredecible, no todo lo que brilla es oro. La falta de animales hace estragos en la faena que realizan los frigoríficos. Un allegado a ese sector confió a este diario que están faltando animales para carnear y que esa situación demora la producción de carnes para exportar. Esto pone en serio riesgo el cumplimento de la cuota Hilton, por parte de los frigoríficos beneficiados.
La reactivación se vio favorecida también en Firmat. La empresa Don Roque, cuya propietaria es Mariana Vasalli, tomó gente en virtud de la demanda de cosechadoras que experimentó el mercado nacional. Muchas son las máquinas encargadas para la fabricación aunque la variación de los precios de los insumos también representa un escollo para el normal desarrollo.
No obstante, la situación se presenta favorable tanto para la empresa como para los productores que hoy compran una cosechadora con el equivalente a cinco mil quintales de soja, mientras que durante la convertibilidad eran necesarios seis mil.



La demanda de mano de obra aumentó por el campo. (Foto: Daniel Carrizo)
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