El calvario interno que atormenta al supercotizado Juan Román Riquelme, desde que fue secuestrado su hermano Cristián, lo obligó a pensar en abandonar el fútbol debido a que recibe constantes amenazas, pero no le impedirá viajar hoy a Paraguay, donde Boca Juniors enfrentará a Olimpia por la Copa Libertadores.
Riquelme, antes de comenzar la práctica en el complejo de Casa Amarilla, dialogó durante unos diez minutos con el entrenador Oscar Tábarez, a quien le comunicó su decisión de viajar a Asunción pese a que anímicamente no se encuentra en las mejores condiciones.
También el volante contrató al abogado Hugo Jofre -en cuyo estudio se llevan algunas causas sobre el caso del ex ministro de Economía Domingo Cavallo- para que se agilizaran las investigaciones por el secuestro de su hermano y trasmitiera a la opinión pública la preocupación del futbolista y su familia por las amenazas que recibe.
Ayer la estrella xeneize llegó al predio auriazul a bordo de su camioneta negra todo terreno, conversó en el vestuario con sus amigos Cristián Traverso y Marcelo Delgado y luego, ya en el campo de juego, cruzó algunas bromas con los juveniles Clemente Rodríguez y Julio Javier Marchant.
En el círculo central lo aguardaba Tabárez. Riquelme, con paso cansino, se acercó para informarle al entrenador que esta vez sí quería viajar y jugar -algo que no aconteció el mes pasado, cuando Boca fue a Ecuador para enfrentar a El Nacional- porque consideraba que comenzaba a despedirse de sus compañeros.
Según revelaron fuentes seguras, Riquelme reiteró ante el técnico que en el país se le hace "difícil seguir trabajando", por las constantes amenazas que sufre su familia.
Tábarez lo reconfortó, le reiteró el apoyo "irrestricto" de todo el cuerpo técnico, y le aseguró que lo tenía en sus planes para viajar a Paraguay.
"Quédese tranquilo, maestro, yo viajo", le dijo Riquelme, tras lo cual ambos volvieron a sus puestos y Tábarez ordenó el equipo titular, con Riquelme como principal estratega.
Riquelme padece un calvario interno desde que su hermano Cristián, de 16 años y volante de la 6ª división de Platense, fue secuestrado el pasado 2 de abril en Torcuato. Dos días más tarde el joven fue liberado, luego de que su familia aceptara pagar a los captores una suma cercana a los 160 mil dólares.
Tras ese episodio, Riquelme estrechó aún más el vínculo con sus amistades, aunque un dato que surgió en la investigación lo sumó en la depresión: se reveló que una persona muy conocida del entorno familiar estaba involucrada en el secuestro. Ante esto, nuevamente buscó refugio en su círculo más íntimo y le pidió a su representante Marcos Franchi que viajara a Europa para gestar una transferencia.
Riquelme, hombre parco pero de decisiones rápidas, también le pidió al encargado de seguridad del plantel, Mario Torres, que lo acompañara a él y sus hermanos al Departamento Central de Policía, donde tramitó el pasaporte para sus familiares.
En España, Franchi, acompañado por el abogado Daniel Bolotnicoff, se reunió con Paulo Futre, el portugués director deportivo de Atlético de Madrid, pero no llegaron a un acuerdo.
Jesús Gil y Gil, el polémico presidente del club europeo, fue contundente: "Pidieron mucho dinero y Atlético no está en condiciones de pagar".
Allí se enfrió todo. Ahora Riquelme quiere irse. ¿Qué dicen los dirigentes de Boca? "Tiene la puerta libre, pero no hay ofertas concretas", resumió un alto directivo que prefirió reserva de su nombre. El final sigue abierto. Todavía. (Télam)
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La Ciudad
