Pasó dos horas adentro de un pozo y rodeado de varias víboras

Un quintero intentaba rescatar a un perro que también había caído al hueco. No sufrió lesiones

Un hombre pasó cerca de dos horas dentro de un profundo pozo, con el agua al cuello y rodeado de sapos y víboras tras caer cuando intentaba auxiliar a un perrito que había corrido la misma suerte.
El hecho ocurrió anteayer en un terreno privado abandonado ubicado en Ombú al 3700 (barrio Hume), en una zona descampada del sudoeste de Rosario, cerca del club de rugby Duendes y de la fábrica de freezers Gafa.
Basilio Garnica, de 48 años, domiciliado en la zona, se asomó al interior del pozo, de unos tres metros de diámetro y doce de profundidad, para ver qué había pasado con el perrito, cuando el borde se desmoronó y cayó al interior.
El animal pertenece a un amigo, de apellido Ramírez, quien le había comentado a Garnica sobre la caída del perro.
Por eso, el hombre decidió ir al lugar del hecho. "Por sacar el perrito pisé ahí y, como estaban los pastos altos, me fui adentro", relató la víctima a La Capital mientras señalaba el hueco.
En principio, tocó fondo y después pudo treparse. "Decí que había un fierro", agregó. En efecto, Garnica se mantuvo sostenido "al nivel del agua", dijo.
Aferrado allí, entre el agua fangosa y rodeado de víboras aparentemente inofensivas, gritaba en demanda de auxilio.
Fue su compañero quien acudió a buscarlo y logró rescatarlo con la ayuda de la policía y vecinos. El primero en salir del pozo fue el perro y luego Garnica, quien trabaja en los sembrados de la zona.
El quintero fue rescatado sano y salvo con una linga de acero, aunque, "cuando lo sacaron, tenía envuelta una víbora de más de un metro en el brazo derecho", dijo uno de sus vecinos, Florencio Romero.
El sector donde tuvo lugar el acontecimiento pertenece a la firma Gafa y se encuentra abandonado, colmado de pastizales. Si bien hay postes de alambrado, el cerco perimetral fue retirado, por lo que resulta muy fácil acceder.