Millet rechaza derogar la subversión económica

El diputado nacional Juan Carlos Millet (UCR) aseguró que las controvertidas leyes de subversión económica y de quiebras "tienen que ver exclusivamente con la defensa de las empresas internacionales radicadas en el país". Y rechazó la derogación en el Senado de la primera de estas normas.
Según Millet, en momentos en que Diputados se encuentra debatiendo su posición frente a la decisión ("lamentable") que tomó el Senado al derogar la ley de subversión económica, "ninguno los miembros de este vapuleado Poder Legislativo podemos evadir el deber de pensar seriamente en la responsabilidad que tenemos por delante".
"Hay quienes argumentan el apoyo porque creen que no vamos a obtener ayuda para superar la crisis, pero convertir en ley esta derogación pondrá en libertad a un conjunto de delincuentes que, actuando como operadores locales de grandes empresas internacionales, destruyeron nuestra economía en la década del 90", disparó el legislador, quien advirtió: "Tampoco podríamos evitar que en el futuro vuelvan a repetirse los negociados que permitieron el vaciamiento del sistema productivo argentino".
"Con más razón ahora, que la mayoría de las empresas que permanecen en pié están endeudadas en dólares y debilitadas por la recesión, lo que las deja a merced de capitales extranjeros que podrían adquirirlas a precios irrisorios y vaciarlas luego libremente", subrayó Millet a La Capital.
En ese sentido, el diputado santafesino adelantó su rechazo a la derogación de la subversión económica. "Debemos saber que el país no va a ser el mismo sin esta norma", alertó.
Millet consideró oportuno analizar la cuestión "en perspectiva y entender su significado como verdadero símbolo de los problemas estructurales que padece la Argentina". Y ejemplificó: "Este es un país centralizado. Nuestras producciones regionales se volvieron inviables en los 90 por el peso de los costos de explotación y comercialización".
"Las privatizadas sacaron hasta la última gota de riqueza y nos hicieron perder competitividad por lo que se llamó «el costo argentino». Pero mientras enviaban, y envían, el fruto de su rapiña a las respectivas casas matrices, siempre se derrama una pequeña porción sobre Buenos Aires, donde tienen su sede y viven, con estándares propios del primer mundo, los operadores políticos y económicos del gran capital financiero internacional", continuó.
Pero el legislador también hizo hincapié en la corrupción: "Lo más grave en realidad pasa por el andamiaje legal y jurídico que permitió actuar como en una zona liberada a esos personeros del capital financiero internacional".
"Esos actos de corrupción se defienden mediante la influencia y la presión de un puñado de políticos y funcionarios que opera a favor de los poderes económicos radicados en Buenos Aires", aseguró.
Millet concluyó que las exigencias del FMI "son un verdadero símbolo de nuestros más graves problemas estructurales porque, en medio de la crisis, ¿qué nos piden para ayudarnos?: derogación de las leyes que nos protegen de los delitos económicos y ajuste en los estados provinciales".