Unión goleó ayer a San Lorenzo por 4 a 0, en el Nuevo Gasómetro, le escapó definitivamente al descenso directo y condenó a Argentinos Juniors a jugar en la primera B Nacional a partir de la próximo temporada. Además, los tatengues acabaron con las posibilidades del Ciclón de clasificarse para la Copa Libertadores de América 2003 y casi le aseguraron un lugar a Gimnasia y Esgrima en desmedro de su archirrival Colón. Acaso en el último partido del entrenador Manuel Pellegrini en el Bajo Flores, los hinchas locales no se hicieron demasiado problema por la derrota, por lo menos mientras el resultado no era tan abultado. De todos modos, un puñado del Ciclón terminó festejando junto a los simpatizantes tatengues el resultado que sentenció el destino de Argentinos, equipo que lo mandó al descenso en 1981. Como para alimentar las suspicacias que despierta la buena relación que existe entre ambos clubes, el defensor de San Lorenzo Diego Capria, hermano de Rubén que juega en Unión, tuvo la mala fortuna de inciar el camino de la victoria albirroja con un gol en contra. Posteriormente, Alexis Wensheim y Nicolás Frutos, en dos ocasiones, sellaron el marcador en la segunda etapa. Unión no sólo se salvó del descenso directo sino que todavía mantiene una mínima chance de evitar la promoción si vence a Colón en la última fecha y Banfield o Nueva Chicago pierden todo lo que les queda en juego. La visita, que necesitaba los puntos como el oxígeno, encaró el partido como una final y tuvo una de las mejores producciones del campeonato; mientras que San Lorenzo, sin mayores objetivos por cumplir, mostró muy poca actitud y pareció resignado de antemano a la derrota. La rápida ventaja obtenida por el cabezazo que Capria introdujo en su propio arco fue un presagio de que los tatengues tendrían una tarde-noche tranquila. Es que San Lorenzo jamás se propuso inquietarlo con seriedad salvo en un esporádico pasaje del primer período cuando Nereo Fernández, con tres intervenciones providenciales, evitó el transitorio empate. Ya en el complemento la débil resistencia ofrecida por el conjunto de Pellegrini fue más notoria y creó las condiciones para que Unión edificara una goleada inesperada y que sembró un manto de sospecha. (Télam)
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