Año CXXXV
 Nº 49.472
Rosario,
miércoles  08 de
mayo de 2002
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Un suboficial abortó el robo a un blindado en una estación de servicio
Infernal tiroteo entre ladrones y un policía ante la Facultad de Medicina
Los peatones, muchos alumnos, se tiraron al piso. Dos balas dieron en los surtidores. No hubo heridos de milagro

Ariel Etcheverry / La Capital

Un espectacular tiroteo entre un suboficial de policía y dos delincuentes que intentaron asaltar un camión transportador de caudales causó conmoción en una estación de servicios ubicada en la intersección de Santa Fe y avenida Francia. El robo no llegó a concretarse porque los ladrones tuvieron que escapar a toda velocidad. El intercambio de disparos se produjo cerca de las 10, un horario en el cual mucha gente, la mayoría estudiantes, transita por el lugar. De milagro no hubo heridos como tampoco una explosión de los surtidores, ya que al menos dos proyectiles impactaron en las máquinas expendedoras.
Todo sucedió en pocos segundos. El lugar es uno de los más transitados del macrocentro. En esa esquina están las facultades de Medicina y Odontología. Además del intenso tránsito, también hay un constante peregrinar de estudiantes universitarios. El escenario del enfrentamiento fue la estación de servicio Shell ubicada en la ochava sudoeste de esa esquina. El comercio ocupa una gran superficie y cuenta con dos líneas de surtidores de gas natural comprimido (GNC) y otras tres de naftas, un minishop y un sector de lavado y engrase.
La actividad en ese momento estaba a pleno cuando llegó a bordo de su Renault 18 y con intenciones de cargar GNC el cabo primero José Luis Godoy, quien actualmente presta servicio en la subcomisaría de Fighiera, pero que trabajó durante varios años en el Comando Radioeléctrico de Rosario.

Los motociclistas
El policía llegó con su mujer, Carina, también empleada de la Unidad Regional II tras finalizar su horario de servicio. Por ello aún vestía su uniforme reglamentario (borceguíes, pantalón de combate oscuro, pulover azul y el arma prendida a la cintura).
Poco después, el agente reconoció que siempre carga combustible en la misma estación y que ya estaba fuera de servicio cuando se desencadenó el episodio. Según contó él mismo, de allí tenía previsto pasar a buscar a su hija por la escuela para llevarla hasta el médico. Pero no pudo. El agente estacionó el R18 en el surtidor número cinco y, de acuerdo a las normas de seguridad que rigen para ese tipo de carga, apagó el motor y bajó del auto. Lo mismo hizo su mujer. Cuando estaba a punto de ser despachado por un playero aparecieron dos hombres en moto que ingresaron a la estación como si vinieran circulando por Santa Fe.
Minutos antes un camión transporte de caudales de la empresa Milano había llegado al comercio para retirar la recaudación. Godoy contó a La Capital: "Los dos tenían casco. El que iba atrás bajó de la moto, sacó un arma y le dijo al playero que era un asalto". El policía sostuvo que los delincuentes probablemente no lo hayan visto cuando irrumpieron, pero apenas advirtieron su presencia se desató la balacera.
"Cuando lo empujan al empleado de la estación y encaran hacia el blindado, lo primero que hago es gritar «policía, quedate quieto». Ahí nomás uno gritó «guarda, un vigilante», y me apuntaron", recordó Godoy. De acuerdo a lo poco que pudo ver el policía por la rapidez con que ocurrió todo, los delincuentes estaban armados con pistolas calibre 9 milímetros y 11.25. Cuando comenzaron los disparos todo el mundo en la estación se tiró cuerpo a tierra y la gente de los alrededores comenzó a correr.
El coche del policía recibió tres impactos, dos en la parte inferior y otro en el techo. Además otras dos marcas eran visibles en dos surtidores. Según fuentes policiales fueron secuestradas en el lugar 7 cápsulas servidas de calibre 9 milímetros. Tras la refriega, los delincuentes volvieron a subirse a la motocicleta y huyeron por Santa Fe hasta Vera Mujica, por donde continuaron pero en contramano.
De esa forma el asalto al camión Milano quedó abortado. Testigos del hecho dijeron que cuando se produjo el enfrentamiento, el personal de custodia de inmediato volvió a ocupar sus puestos dentro del rodado y escaparon sin rumbo conocido. "Dios estuvo presente", señaló Godoy al describir la sensación que tuvo durante el tiroteo. "Lo único en que pensé fue en no lastimar a ningún inocente, pero en ningún momento dudé en que estaba haciendo lo correcto", agregó.
Si bien los testigos del hecho dijeron que eran dos los delincuentes que se tirotearon con Godoy, algunas fuentes no descartaban ayer que pudiera estar involucrado un tercer hombre. Esa versión indica que esa persona habría estado minutos antes tomando un café en el minishop de la estación de servicio, aguardando la llegada del camión de Milano.



José Luis Godoy se identificó y los ladrones abrieron fuego. (Foto: Silvina Salinas)
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