Una joven que lleva adelante un embarazo de ocho meses pidió a la Justicia que la autorice en forma urgente para acceder a la inducción prematura del parto o que se le practique una cesárea, ya que el bebé en gestación padece anencefalia, una enfermedad consistente en la ausencia de cerebro que provocará la muerte de la criatura inmediatamente después de nacer.
La presentación fue realizada mediante amparos presentados contra el hospital porteño Churruca Visca de la Policía Federal, cuyas autoridades se negaron a realizar la intervención hasta tanto haya un pronunciamiento de la Justicia, aunque los médicos del nosocomio reconocieron que la criatura morirá tras el alumbramiento.
Los recursos recayeron en la juez en lo Contencioso Administrativo Federal porteña Clara Do Pico quien deberá pronunciarse en los próximos días, ya que el pedido es de máxima urgencia pues se trata de un embarazo de 33 semanas, según la presentación.
La joven es patrocinada por la Asociación por los Derechos Civiles, una organización no gubernamental, y por la defensora oficial Silvia Otero Rella, quien asumió la representación legal de la chica y del nonato.
"Saber que está gestando un bebé que necesariamente va a morir luego de pocas horas de separado el cuerpo de su vientre, produce en ella un profundo dolor y angustia", señalaron los abogados de la Asociación por los Derechos Civiles Alejandro Carrió, presidente de la entidad, Hernán Gullco y Sebastián Schvartzman.
En los amparos, presentados hace dos semanas, se menciona un fallo del 12 de enero del año pasado, en el que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en voto mayoritario, autorizó a una mujer, Silvia Tanus, a someterse a la inducción del parto por anencefalia del bebé en gestación, en una resolución que generó profundas polémicas.
La reclamante es una chica de 20 años, identificada por las iniciales de su nombre, VFA, hija de un miembro de la Policía Federal, que reside junto a su novio en el sur del Gran Buenos Aires.
La joven confirmó su embarazo el 10 de diciembre último y el 15 de enero de este año sufrió algunas complicaciones, por lo que concurrió al hospital Churruca para efectuarse un control médico.
Allí se le hizo una ecografía donde se comprobaron anomalías, corroboradas por una segunda ecografía transvaginal, donde se determinó que en la exploración fetal se observa ausencia de desarrollo de cráneo encefálico.
Posteriormente, un médico del Churruca le dijo a la madre de la joven que el feto estaba vivo en ese momento, que el embarazo iba a llegar a término y que la muchacha tendría los dolores de parto, pero que al nacer el bebé "se moriría inmediatamente ya dado que carecía de cerebro y calota craneana, órganos vitales para la vida", según la presentación.
Al enterarse de la situación por boca de su madre, la joven dijo sentir "un gran dolor, una profunda angustia y un temor al saber que estaba engendrando un niño que en definitiva no viviría".
Ya con 29 semanas de embarazo, y luego de una nueva ecografía confirmativa del diagnóstico, los médicos del hospital le dijeron que se podía practicar una intervención quirúrgica pero se negaron a hacerlo sin autorización judicial.
No es un aborto
Tanto los abogados como la defensora oficial se encargaron de destacar que en las respectivas presentaciones "no se pide permiso para abortar", ya que el feto se encuentra lo suficientemente desarrollado para vivir fuera del seno materno.
"El avanzado estado de embarazo de la madre menor de edad permite calificar desde el punto de vista científico al eventual nacimiento por inducción o por intervención cesárea como prematuro y no como inmaduro", sostuvo la defensora.
"Es obvio que nos hallamos ante un período de gestación más que suficiente para la formación del ser humano completo y viable, entendiéndose entonces que existe viabilidad extrauterina, no dependiendo su vida de controles científicos o jurídicos, sino de los designios de Dios", añadió. (DyN)