El presidente Eduardo Duhalde calificó ayer como "un relanzamiento" de su gobierno a los cambios introducidos en su gabinete, al tomar juramento a los nuevos ministros del Ejecutivo, nombrados con el objetivo de oxigenar su gestión y fortalecer los vínculos con el Congreso y el sindicalismo.
Duhalde puso formalmente en funciones al nuevo jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y a los ministros del Interior, Jorge Matzkin, y de Trabajo, Graciela Camaño, durante una ceremonia que se realizó en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
"Realmente me he sentido muy acompañado, de la misma manera que en esta oportunidad, en lo que estimo un relanzamiento del gobierno nacional, por los dirigentes que me acompañan en momentos en que es mucho más fácil sacar el cuerpo, quedarse en casa y no ocuparse de estos temas", dijo.
Duhalde también agradeció "la actitud patriótica" del saliente jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y los ex ministros del Interior, Rodolfo Gabrielli, y de la Producción, José Ignacio de Mendiguren. Tampoco se olvidó de mencionar y elogiar los "esfuerzos" realizados por el ex titular de Economía Jorge Remes Lenicov.
Además del gabinete en pleno y la primera dama, Hilda González, colmaron el Salón Blanco numerosos dirigentes del sindicalismo, aunque todos de segunda línea, ya que el titular de la CGT oficial, Rodolfo Daer, y los gordos de la central obrera brillaron por su ausencia.
En la primera fila del salón se ubicó el senador Luis Barrionuevo, esposo de Camaño, quien siguió con atención toda la ceremonia, igual que el hermano de la ministra Dante Camaño. La ex legisladora fue la más aplaudida al prestar juramento e incluso fue ovacionada por los dirigentes gremiales.
La incorporación de Camaño al gabinete fue interpretada por algunos círculos como un intento de acercamiento de Duhalde con Barrionuevo, hasta ahora uno de los legisladores más rebeldes en aprobar las leyes clave que necesita el Ejecutivo y uno de los que propiciaba hasta hace poco el adelantamiento de las elecciones presidenciales.
Bronca en la Plaza
Mientras asumían los flamantes ministros, efectivos de la Guardia de Infantería de la Policía Federal intentaban desalojar de la Plaza de Mayo a un grupo de ahorristas que cuestionaban a viva voz las nuevas designaciones en el gabinete nacional y que se trenzaron a golpes de puño con algunos simpatizantes de la administración duhaldista (ver página 9).
En una conferencia de prensa que ofreció minutos después de prestar juramento, Camaño se comprometió desde su nuevo cargo a "darle a mi patria trabajo, esfuerzo y el conocimiento que tengo".
Atanasof, un sindicalista y ex diputado bonaerense, dejó su cargo como ministro de Trabajo para reemplazar al chaqueño Jorge Capitanich en el cargo de ministro coordinador. Matzkin se desempeñaba hasta ahora como titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados y actuaba como nexo con el Ejecutivo para la aprobación de leyes económicas de relevancia. Matzkin está enfrentado políticamente con su comprovinciano, el gobernador pampeano, Rubén Marín.
En la ceremonia no faltaron los lapsus presidenciales. Primero se refirió a la flamante titular de la cartera laboral como "Graciela Caamaño", tal como muchos pronuncian el apellido del titular de la Cámara baja. Luego, despidió al saliente titular del Ministerio del Interior con otro furcio, cuando lo llamó "Rodolfo Gabrielle".