Año CXXXV
 Nº 49.468
Rosario,
sábado  04 de
mayo de 2002
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Básquet: Kinder Bologna y Panathinaikos son finalistas en la Euroliga
Se impusieron a Benetton Treviso y Maccabi Tel Aviv, respectivamente

El actual campeón, Kinder Bologna, y Panathinaikos de Grecia, se clasificaron ayer para disputar el próximo domingo la final de la presente edición de la Euroliga de básquetbol que se está jugando en esta ciudad.
Kinder, con el argentino Emanuel Ginóbili, derrotó a Benetton Treviso -jugó Marcelo Nicola- ganándole por 90 a 82.
Por su parte, Panathinaikos -con Juan Ignacio Sánchez- , venció merecidamente a Maccabi Tel Aviv de Israel por 83 a 75.
El encuentro entre los equipos italianos fue parejo en los tres primeros cuartos, donde ambos se alteraron en el dominio y en el marcador.
Ginóbili, quien finalizó con 14 puntos y que jugaría la próxima temporada de la NBA en San Antonio Spurs, tuvo su mejor desempeño en el tercer parcial, donde anotó 7 puntos y fue importante en la ofensiva de Kinder.
En tanto, fue muy pobre la actuación del rafaelino Marcelo Nicola, quien ingresó como suplente y en 20 minutos sólo anotó tres puntos, todos ellos de tiro libre.
La figura fue el base de Kinder, el serbio Marko Jaric, autor de 18 puntos, quien además se destacó por asistir a sus compañeros.
En el otro encuentro, a cargo de los protagonistas de las dos últimas finales Fiba, ambos sostuvieron una preciosa lucha táctica desde el primer segundo de juego. No hubo secretos entre ellos. Los dos sabían perfectamente lo que querían hacer y lo que pretendían evitar.
Tras un comienzo favorable al equipo griego, que llegó a tener 7 puntos de ventaja, Maccabi -con gran tarea de Tal Burnstein- reaccionó para concluir igualados la primera etapa en 44 puntos.
A partir del tercer parcial se notó que el Panathinaikos había dado la impresión de tener mayor ambición por estar en la final desde un principio.
Y al concluir ese cuarto, Panathinaikos, apoyado en Darryl Middleton y Dejan Bodiroga, consiguió abrir el hueco otra vez y, sobre todo, sembrar la incertidumbre en Maccabi que empezó a sentir la peor versión posible de lo que significa jugar con presión.
Así se llegó al final con Panathinaikos muy seguro de lo que hacía y con un Bodiroga descollante, que fue factor desequilibrante para conseguir la victoria y el pasaje a la final. (Télam)


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