Año CXXXV
 Nº 49.401
Rosario,
lunes  25 de
febrero de 2002
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Acusan a un policía por golpear a un joven frente a un boliche
Ocurrió la mañana de ayer en la zona ribereña. Antes de atacarlo lo esposó

Lo que había sido una noche de diversión con amigos en un boliche de la zona ribereña, para Federico Martín Díaz terminó siendo una pesadilla. El muchacho, de 22 años, denunció que un policía que cubría servicios adicionales en la puerta de la confitería lo esposó y lo golpeó con dureza sin motivo alguno. Tras ello fue trasladado a la comisaría 9ª donde según dijo no sólo no le tomaron declaración sino que le abrieron una causa por desacato y lesiones leves en perjuicio del agente.
Todo se inició poco después de las 6 de ayer, cuando el sol ya salía sobre el río Paraná y Federico ponía fin a una noche de baile en Shambala, un boliche ubicado sobre la costa y frente al Parque Alem, en la zona norte de la ciudad. "Entre las 6 y las 6.15 yo salí del boliche porque ya todo había terminado. Me puse a buscar algún amigo con el que volver para mi casa pero no vi a nadie, entonces decidí entrar otra vez para ver si los encontraba", recordó Federico poco después de ser atendido de las lesiones recibidas en un sanatorio céntrico.
Con su ojo izquierdo morado por un hematoma y sus muñecas dañadas por las esposas que le puso el policía, Federico contó que al querer reingresar un policía de uniforme lo paró en la puerta y lo empujó de mala manera. "Me dijo que no podía entrar, que no molestara y que me fuera. «Andate de acá, andate», me gritaba el tipo mientras me empujaba", relató el joven que es arquero de la primera división de Morning Star y trabaja como vendedor de una distribuidora de bebidas.
En esas circunstancias se generó una discusión en la cual Federico llevó la peor parte. "Me empezó a pegar puñetes mientras me gritaba y cuando me llevé las manos al ojo para cubrirme me puso las esposas y me volvió a pegar", sostuvo el muchacho. Esposado y de mala manera, Federico fue llevado hasta detrás de un árbol cercano a la puerta del boliche "para que nadie viera lo que pasaba" y recibió nuevos golpes. "Sólo un par de taxistas que había en la puerta vieron todo", recordó el joven que asiduamente concurre al mencionado boliche y en el cual nunca había tenido inconveniente anteriormente.
Con Federico reducido y dolorido, el policía llamó al Comando Radioeléctrico y en un móvil fue conducido a la seccional 9ª. "Me trataron bien aunque me pusieron en un calabozo con dos ladrones que salieron antes que yo porque eran menores. Tuve que esperar que llegara el sumariante y entonces ví que el policía que me había pegado estaba ahí adentro. Después me enteré que en vez de recibirme la denuncia a mí, me notificaban de una denuncia que él había hecho por desacato y lesiones leves", dijo el joven.

Más de seis horas preso
Al respecto, Federico dijo que "en un momento, cuando el policía me estaba pegando y yo estaba esposado, bajé la cabeza por el dolor y cuando la levanté alcancé a golpearlo. Pero seguramente no le hice nada en comparación a los golpes que yo recibí", expresó.
En la comisaría, Federico fue obligado a orinar para ser sometido a un test de alcoholemia "que seguramente algo va a dar porque yo salía del boliche y tomé un par de tragos" y fue revisado por un médico policial que constató las lesiones en la cara y las muñecas. Después le permitieron comunicarse con su familia y recuperó la libertad poco antes del mediodía de ayer.
Ricardo Díaz, padre de Federico, aseguró que hoy se presentará ante el juzgado en turno para radicar la denuncia ya que "si la haces en la policía seguramente no pasa nada porque ellos se mueven corporativamente y se cubren las macanas que se mandan".
Y mientras relataba que a su hijo ahora lo tiene que ver un neurólogo para determinar si no hay lesiones internas, Díaz agregó que "no va a parar hasta que el tipo que golpeó a Federico pague por lo que hizo, porque un uniforme no lo habilita para pegarle a nadie y mucho menos si está indefenso por tener las esposas puestas".


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