Jerusalén. - El gabinete de seguridad israelí acordó levantar parcialmente el arresto domiciliario impuesto al líder palestino, Yasser Arafat, permitiéndole circular únicamente por la ciudad autónoma de Ramala. Esta medida generó descontento entre los palestinos, que en una respuesta inmediata suspendieron el encuentro previsto entre los jefes de seguridad de ambas partes. El líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 3 de diciembre pasado, para viajar a otros sectores de los territorios palestinos, deberá pedir permiso al primer ministro israelí, Ariel Sharon.
De los 14 ministros que forman la comisión de asuntos de seguridad, 12 votaron a favor de esta decisión y otros dos se han abstenido. Antes de la reunión, Sharon realizó consultas en el marco del minigabinete de seguridad, en las que participaron el ministro de Exteriores, Simón Peres, y el de Defensa, Benjamín Ben-Eliezer, según la radio pública israelí.
Esta decisión fue tomada por los palestinos como una auténtica bofetada en el rostro. El ex negociador jefe Sayeb Erekat calificó la medida de "vergonzosa" y afirmó que demuestra que Israel quiere "continuar con la guerra contra los palestinos". También el influyente jefe del servicio secreto en Cisjordania, Yibril Radshub, expresó que es "una decisión estúpida, que llevará a una nueva escalada del conflicto".
Antes de que se diera el anuncio, al comienzo del fin de semana se había reducido la tensión: en un encuentro de los jefes del servicio secreto ambas partes se habían comprometido el jueves a respetar un alto el fuego transitorio durante la Pascua musulmana y la celebración judía del Purim.
Funcionarios de la ANP dijeron que estudian interrumpir los contactos políticos y de seguridad con el gobierno de Israel. Un alto oficial de la ANP dijo que la institución de seguridad palestina recomendó en un informe elevado a Arafat cortar estos lazos en respuesta a la decisión israelí. "Israel no cumplió con sus promesas y compromisos para poner fin al bloqueo que se le ha impuesto", expresó un oficial de seguridad, bajo condición de anonimato.
Después de que la semana pasada se produjera la peor ola de violencia desde el comienzo de la Intifada hace 17 meses, con 42 muertos palestinos y 10 israelíes, los enfrentamientos se redujeron de inmediato de forma considerable. En vista de la decisión del gabinete israelí es imposible saber si la tranquilidad llegará hasta el final de la festividad musulmana del Sacrificio esta tarde.
La dirigencia palestina considera que el "levantamiento del arresto domiciliario" es una verdadera burla, ya que antes de que se diera a conocer la medida Arafat salió ya muchas veces de su cuartel general en Ramala -que estaba rodeado de tanques- para visitar heridos en el hospital o rezar en la mezquita de la ciudad. Arafat esperaba que tras la detención de los tres presuntos asesinos del ministro de Turismo israelí Rejawam Zeevi el jueves pasado, Israel estaría dispuesto a darle de nuevo libertad de movimiento.
En vez de ello, debe pedirle permiso a su archienemigo, el primer ministro israelí Ariel Sharon, si quiere dejar los límites de Ramala. A fines de marzo será en Beirut la cumbre anual de la Liga Arabe. En caso de que Israel no lo deje ir, eso sería sentido en el mundo árabe como una gran humillación al pueblo palestino.
La medida israelí está fuertemente impregnada por la política interna del país, pues significa un compromiso entre la parte más a la derecha y la más izquierdista del gobierno de unidad nacional. Algunos ministros de la derecha amenazaron con renunciar durante las tres horas de debate en caso de que Arafat recuperara su libertad de movimiento, mientras que el ministro de Defensa, Benjamin Ben-Eliezer, quien abogó a favor del líder palestino, se mostró satisfecho. Al fin y al cabo al menos se levantó el bloqueo del cuartel general de Arafat, consideró.
Como condición para ampliar la medida Israel exige de Arafat que le entregue a los presuntos asesinos de Zeevi, el arresto de un cuarto sospechoso y que sean más estrictas las condiciones de detención del jefe del radical Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), Ahmed Saadat, supuesto responsable de la muerte. Estas exigencias parecen inaceptables para los palestinos. (DPA, Télam y Ansa)
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