San Vicente del Caguán, Colombia. - El ejército de Colombia comenzó ayer a asumir el control de una zona que había sido desmilitarizada, mientras la guerrilla izquierdista anunció que está dispuesta a reanudar la negociación de paz con el próximo gobierno, que surja de las elecciones de mayo. La operación militar Tanatos (muerte en griego) en el área cedida en 1998 a las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) fue ordenada el miércoles por el presidente Andrés Pastrana, tras romper las negociaciones de paz por el secuestro de un destacado senador, atribuido a un comando guerrillero.
El ingreso de unos 900 soldados en helicópteros Black Hawk fue precedido por una serie de bombardeos que destruyeron campamentos rebeldes, depósitos de armas y laboratorios para el procesamiento de cocaína, según fuentes militares. Asimismo, fuentes militares desmintieron versiones sobre la muerte de civiles durante los bombardeos. Una avanzadilla de 200 soldados de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra) reconquistó San Vicente del Caguán, el principal municipio de los cinco que formaban la zona desmilitarizada durante tres años de infructuosas negociaciones con las Farc. Con su avance, el ejército logró expulsar del terreno a la guerrilla y, según anunció Fernando Tapias, comandante del ejército, los máximos dirigentes del grupo armado, entre ellos Manuel "Tirofijo" Marulanda, se encuentran ya fuera de la zona desmilitarizada.
Promesas y atentados
Pese a la decisión de Pastrana, las Farc, que cuentan con unos 17.000 combatientes, anunciaron en un comunicado en San Vicente, que están dispuestas a reanudar la negociación con un próximo gobierno y acusaron a EEUU, las fuerzas militares, empresarios y medios de comunicación de propiciar el rompimiento del proceso de paz. "Las Farc nos declaramos dispuestas a intercambiar propuestas con un futuro gobierno que manifieste interés en retomar el camino de la solución política al conflicto social y armado", precisó el documento.
Pero en respuesta a la ofensiva militar, la guerrilla dinamitó un tramo de un gasoducto, una subestación eléctrica y derribó una antena de telecomunicaciones. El principal blanco ha sido la central eléctrica de Altamira, en el departamento sureño de Huila, que ha sido dinamitado. Al menos un trabajador de la central perdió la vida en el ataque.
San Vicente del Caguán, con unos 25.000 habitantes, es el pueblo más grande del enclave, que tiene dos veces el tamaño de El Salvador, de donde el gobierno retiró a las fuerzas militares y policiales a fines de 1998 para facilitar una negociación que fracasó después de más de tres años. Fuentes militares informaron que las primeras tropas asumieron el control del batallón Cazadores, ubicado en las afueras de este pueblo del departamento del Caquetá, en el sur de Colombia, desembarcaron de 8 helicópteros UH-60 de fabricación estadounidense.
Los soldados de la Fuerza de Despliegue Rápido con ametralladoras, fusiles, granadas y morteros tomaron posiciones estratégicas en el batallón Cazadores, ubicado a unos siete kilómetros de San Vicente, departamento de Caquetá, e izaron la bandera de Colombia. La Fudra es una unidad de élite especializada en la lucha contra la guerrilla. Unos 12.000 efectivos apoyados con tanques, aviones y helicópteros de guerra permanecen en los alrededores del antiguo enclave esperando la orden de entrar. Los rebeldes se replegaron hacia la selva sin ofrecer mayor resistencia, perdiendo una zona estratégica en la que vivieron con comodidades y tranquilidad por más de tres años.
Un mayor del ejército y una cifra no precisada de guerrilleros murieron ayer cuando las tropas cortaron el paso de una columna insurgente que pretendía ocupar un pueblo del noroeste del país, según fuentes castrenses. (Reuters y DPA)
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