Con buenas perspectivas, anteayer reabrió el frigorífico que la empresa Rafaela Alimentos posee en Casilda y que había cerrado en mayo del último año por la reaparición de la aftosa. De los 400 despedidos fueron reincorporados unos 107 obreros, aunque la firma prevé tomar más personal a fines de marzo cuando comience a exportar sus productos a países de la Comunidad Económica Europea, para lo cual está realizando gestiones. El establecimiento comenzó con una faena de 150 cabezas diarias y para la semana que viene prevé matar unos 350 animales tres veces a la semana. Ese ritmo de producción lo mantendrá hasta que empiece con las exportaciones y tenga que faenar diariamente. Entonces podría reincorporar más mano de obra para cumplir con sus compromisos, según aseguró su jefe administrativo. Asimismo, la planta que la firma Cepa tiene en Venado Tuerto volverá a faenar a partir del lunes, ya que consiguió los animales necesarios. Sin embargo, pese a versiones sobre su posible reapertura, el frigorífico Nelson continúa inactivo. En tanto, la planta de Friar en Carcarañá -cerrada antes del rebrote aftósico, con el despido de 600 operarios- sólo produce para consumo interno con no más de cincuenta obreros. Está inhabilitada para exportar.
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