Año CXXXV
 Nº 49.398
Rosario,
viernes  22 de
febrero de 2002
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Rosario Central
Ex jefes de barras "visitaron" a dirigentes canallas
Vitamina Barberis y el Chapero Bustos estuvieron en la sede de calle Mitre

Gustavo Conti / La Capital

Media docena de patrulleros instalados en la puerta de la sede auriazul reavivaron en la tarde de ayer el fantasma del dominio de los barras bravas en Central. En realidad, los fantasmas son seres de este mundo, con nombres y apellidos, que nunca se fueron. Sino hay que repasar la forma en que se han movido desde hace mucho tiempo en el club quienes ahora parecen querer regresar a escena. O mejor dicho, nunca se fueron, como Juan Carlos Chapero Bustos, como Marcelo Vitamina Barberis, quienes ayer fueron "arrestados preventivamente" (como explicó el comisario Osvaldo Toledo) juntos por efectivos de la comisaría 2ª en el local de la calle Mitre. Fueron a buscar las prebendas dirigenciales, aunque Barberis intentó separarse de sus ¿nuevos? compañeros de ruta. No estuvieron los Pillines y la aparente unión que se estaría gestando entre dos conocidos de los bravos de la tribuna, indicaría que se formaría, o se reformaría con refuerzos, el grupo antagónico a aquellos. Si esto es así, no se vienen buenos tiempos para los hinchas comunes de la popular.
El presidente en ejercicio Juan Carlos Campagna, el tesorero Jorge Sauan y el secretario Néstor Mascó dijeron sorprenderse con el desenlace que tuvo la reunión que sostuvieron en los altos de la sede con Barberis, Chapero y otros cuatro barras, a la que calificaron de haberse realizado "en buenos términos". Lo que no sorprendió es que los directivos atendieran una vez más los reclamos de estos grupos, que parecen moverse como en su casa por el club.
Barberis, Chapero, Omar Britos, Marcelo Acosta, Alfredo Sosa y José Tejeda, fueron atendidos por los dirigentes después de que esperaran un buen rato en la puerta de la sede junto a una veintena de miembros del grupo. Y después de más de media hora de reunión se encontraron al salir con que lo estaban esperando la policía, lo que fue entendido por Vitamina como una traición dirigencial, aunque no fueron ellos los que alertaron. Ninguno se resistió a la detención, excepto Barberis, quien hasta intentó escapar por los techos. Y después fueron liberados en horas de la noche.
Pero lo que sí decididamente llamó la atención fue que Barberis, un barrabrava de los 80', luego devenido a dirigente de la agrupación RC2000, volviera a escena como en su antigua profesión. ¿Sino que hacía junto a Chapero padre, otro reconocido jefe de uno de estos grupos, que hacía rato no tenía peso en la hinchada auriazul que se ubica en lo alto de la tribuna de Regatas y cuyo poder pareció dejárselo a uno de sus hijos?
Desde dentro de uno de los móviles que lo transportó (junto a otros barras) a la comisaría 2ª, Barberis intentó explicar a Ovacion que fue a reclamar para que lo reincorporaran como socio y para pedirle a la actual comisión directiva que renuncie, pero no alcanzó a decir por qué fue a esa reunión junto a Chapero.
Del otro lado, cuando Ovacion consultó a los tres directivos dijeron no creer que los hubieran llevado presos y se preocuparon por cómo explicar que ellos no habían avisado a la policía, algo que quedó comprobado en la comisaría 2ª luego de que se le tomó declaración a quien había realizado el llamado preventivo.
Los directivos dijeron que estos seis personajes fueron en representación de un grupo de varios sectores que se estaría uniendo para copar la tribuna alta de Regatas (últimamente con poca presencia de los denominados chaperitos), y que solicitaron micros para viajar y entradas, no así dinero. Y cuando se los consultó por la versión de Barberis, la negaron rotundamente.
Son tan reiteradas las visitas de barrabravas a la sede, que quizás el circo policial que generó le dio más entidad de lo habitual. Pero cuando aún no se desvaneció el miedo por la agresión que sufrió hace dos semanas el secretario Néstor Mascó en la puerta de su domicilio (que no fue denunciado por el agredido), la supuesta unión de dos ex jefes de tribuna, hace pensar en un escenario menos seguro aún, donde podrían estar en juego también viejas y no terminadas internas políticas.



Los patrulleros se llevaron detenidos a los barrabravas.
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