El desencuentro entre el gobierno y las petroleras volvió a quedar en evidencia ayer con las declaraciones encontradas del presidente Eduardo Duhalde y el titular de Repsol-YPF, Alfonso Cortina, en relación con los aumentos de precios en las naftas y la imposición de retenciones a las exportaciones. Durante la jornada de ayer se esperaba que se llevara adelante un nuevo encuentro entre las partes para intentar arribar a un acuerdo que nunca llegó, ya que no se realizó ninguna reunión entre petroleras y gobierno. Todo indica que la posibilidad de alcanzar un pacto se pateó para más adelante.
Duhalde sostuvo que los precios del combustibles "van a tener que volver hacia atrás" e informó que "ayer (por anteayer) estuve con gente de YPF y me dijeron que ellos no pensaban en aumentar sus precios".
Sin embargo, desde Madrid, Cortina aseguró que Repsol-YPF "tendrá que subir el precio", ya que también lo hicieron las principales competidoras en el mercado local.
Cortina explicó que los aumentos no guardan relación con las retenciones a las exportaciones de hidrocarburos sino con la devaluación del peso, el aumento del costo del crudo y de los productos petrolíferos en los mercados internacionales.
El máximo responsable de la compañía española señaló que el aumento en el precio de los combustibles estarán en sintonía con las subas realizadas por Shell y Esso.
En la otra punta del ring, Duhalde se declaró partidario "en principio, de una acción de persuasión" con las petroleras para que dejen sin efecto los aumentos de precios, al tiempo que ratificó la decisión de su gobierno de aplicar retenciones a las exportaciones del sector.
"Ayer llamamos a las empresas, incluso a las que no han aumentado, y les dijimos que tenemos mecanismos como la ley de defensa de la competencia y otras que nos permiten a nosotros fijar precios", señaló el primer mandatario.
Con todo, el presidente dijo: "Quiero persuadir en primer lugar, porque esto de fijar precios máximos nunca ha dado buenos resultados en la Argentina, porque después el Estado no puede controlar".
Asimismo, Duhalde ratificó que dichas compañías "no solamente deben pagar retenciones (a las exportaciones) sino que necesitamos que las paguen anticipadamente y al contado".
"Le he pedido a las empresas que no sólo paguen esas retenciones, sino que las paguen anticipadamente y al contado, porque la situación de los sectores más postergados de la sociedad argentina requiere hoy de fondos que no tenemos", agregó.
A las advertencias presidenciales se agregó una denuncia judicial contra las empresas petroleras por la "artificial e injustificada" elevación de los precios de los combustibles". La demanda fue presentada por el abogado Ricardo Monner Sans.
El primer mandatario agregó "las empresas que han ganado tanto dinero en los últimos años deben saber que también hay épocas en que se puede perder algo, sobre todo cuando nos va tan mal a todos los argentinos en medio de esta crisis".
En medio de las disputas entre las petroleras y el gobierno, el secretario de Energía, Alieto Guadagni, fue convocado ayer al mediodía de "urgencia" a la Casa Rosada para tratar los aumentos de combustibles implementados por las compañías de combustibles Esso y Shell, a los que se les sumaría Repsol-YPF. Pero a la salida, el funcionario no realizó declaraciones.
El reclamo empresario
Con todo, funcionarios y directivos de las petroleras pujan por el pago anticipado de los 500 millones de dólares por retenciones pedidos por el gobierno, y si todavía resulta viable una alternativa fiscal como sería un impuesto a la producción del crudo y el gas en boca de pozo.
A fines de la semana pasada el gobierno dispuso por decreto la aplicación, a partir del 1º de marzo, de derechos de exportación de 20 por ciento para las ventas de crudo y de 5 por ciento para los derivados.
Ello, mientras empresarios del sector, gobernadores de las provincias productoras, sindicalistas de esa actividad, e incluso funcionarios del gobierno nacional trabajaban en la alternativa de un gravamen máximo de 8 por ciento sobre los valores de producción de los hidrocarburos (en boca de pozo).
El jefe de gabinete, Jorge Capitanich, y el propio presidente Duhalde señalaron el lunes la disposición a considerar una alternativa fiscal que implicara ingresos desde el sector petrolero por un monto estimado -y calculado en el presupuesto 2002- en 500 millones de dólares anuales.
La Ciudad
