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La caja de pandora

En la mitología griega se habla de la prohibición de abrir la caja de pandora, ya que bastaba levantar la tapa para que empezaran a salir en tropel todos los males del mundo. Había que tratar de mantenerla cerrada y no curiosear. Hemos empezado primero a resquebrajar la cerradura al seguir con el despilfarro público, llegando a un estado sobredimensionado que está tragando más de lo que se puede recaudar impositivamente. Si a estos males agregamos que el sector financiero está bloqueado sin tener los ciudadanos acceso a los ahorros personales necesarios para hacer frente a alguna urgencia personal. Nos han obligado a vivir con lo mínimo. Además, el comercio no cuenta con la necesaria agilidad bancaria, ya que ésta padece de un bloqueo que la ha dejado parapléjica. Así, nos vemos reducidos los argentinos a bregar por parar la olla con todos los sectores productivos paralizados, incluso los sectores más fundamentales que promueven un gran empleo de mano de obra como la construcción Y ni hablar de industrias como la fabricación de automóviles, camiones, etcétera. Estas son necesarias no solamente para dar empleo sino también para mover la industrialización. Creo que estamos volviendo a nuestros orígenes, a ser lo que éramos en la fecha de nuestra organización nacional, en un país simplemente agropecuario pero con el agravante que con las modernas maquinarias ya el campo no necesita casi peones. Y ahora, enfrentamos la salida del último gran monstruo de la caja de pandora que es el precio del combustible. Volveremos a usar caballos, carretas para trasladar los productos, ya que será imposible enfrentar la espiral inflacionaria.
Susana Margarita Brack