Boca logró anoche un resonante como merecido triunfo por 3 a 1 sobre uno de los equipos del interior con mayor poderío, Colón, y se puso a dos puntos del único lider River. El partido se disputó en el estadio de Colón ante más de 12 mil espectadores y con un desarrollo electrizante de principio a fin, en especial en el segundo tiempo, cuando se multiplicaron las situaciones de gol. El talentoso armador Juan Román Riquelme, de rendimiento irregular pero fundamental en los momentos clave, puso en ventaja a Boca a los 22 minutos del primer tiempo al tocar libre de marcas tras una lucida maniobra suya que incluyó un remate del mellizo Guillermo Barros Schelotto frente al cual el arquero Leonardo Díaz. Y el delantero Marcelo Delgado aumentó ocho minutos más tarde aprovechando otro grosero error de la muy desorientada defensa sabalera. El Chelo fue muy bien habilitado por Riquelme y definió a su estilo: derechazo tres dedos. El mellizo marcó a los 32 del complemento el tercero de penal -fuerte, bajo, a la derecha- que Ariel Pereyra le cometió a Riquelme, mientras que el uruguayo Javier Delgado descontó a los 40' mediante furibundo zurdazo que el arquero Roberto Abbondancieri, a la postre la figura de Boca y del cotejo, casi logra conjurar. El remplazante del sensacional colombiano Oscar Córdoba protagonizó atajadas decisivas, especialmente en el comienzo del segundo tiempo, cuando salvó su valla de manera espectacular frente a remates muy complicados de Delgado, Castagno Suárez y Graf. Abbondancieri, con su determinación y notables reflejos, terminó así de desmoralizar a un Colón que salió a quemar las naves en el complemento. Claro que a cambio de dejar mucho espacio para que Boca pudiera maniobrar y lastimar de contraataque, cosa que ocurrió varias veces. Cierta lentitud y egoismo de Riquelme y la impericia de los atacantes de turno le impidieron a Boca resolver definitivamente el pleito en su favor mucho antes de su tercer y demoledor gol. El desarrollo fue emocionante en casi todo momento, pero fue Boca el que impuso el juego que más le convenía, o el que se propuso, muchas veces a su antojo y ante una llamativa pasividad e inocencia del adversario. Así, el equipo de Tabárez demostró que está para pelear bien arriba. Como sus hinchas están acostumbrados, sobre en después del paso triunfal que dejó Carlos Bianchi. (DyN)
| Riquelme y Guillermo festejan uno de los goles xeneizes. | | Ampliar Foto | | |
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