De un lado, el River puntero con casi todo su potencial. Del otro, el humilde Unión, con su endeblez a cuestas y su necesidad de vivir cada partido como el más importante de su vida para escaparle a la Promoción. El encuentro, al cabo, fue tan desigual como podía suponerse con sólo leer las formaciones de unos y otros. La chapa final marcó 6 a 0, pero pudieron ser varios más.
Tres goles de Ariel Ortega en el primer tiempo, el último de penal, y asunto concluído. Pero había más. En el arranque del capítulo final, pareció que River le decretaba la amnistía a su rival. Sin embargo, después de los 15 minutos, el chico Fernando Cavenaghi lustró en dos oportunidades su chapa de goleador incipiente y Ortega la clavó en un ángulo para deleite de los hinchas millonarios.
River demoró 20 minutos en ponerse en ventaja. Eduardo Coudet le metió un pelotazo magistral a Ortega y el Burrito la tocó suave ante la salida de Nereo Fernández.
Desde el inicio los santafesinos se plantaron con dos líneas de cuatro dispuestas a batallar y combatir en los alrededores de su área. En definitiva, apostaron a resistir.
Pero su planteó se derritió como un helado bajo el sol del verano apenas el equipo de Ramón Díaz encontró la apertura.
River jugaba tranquilo, sin sufrir complicaciones en defensa y con una paciencia envidiable a la hora de buscar el arco rival. Se sentía ganador, al cabo. A los 36' Cavenaghi habilitó a Coudet y el Chacho le metió una asistencia impecable a Ortega, quien definió con tres dedos para el 2 a 0.
Un penal innecesario
El tercero llegó a los 41', luego de un penal por demás innecesario de Raggio a Andrés D'Alessandro. Ortega pateó el penal a la izquierda del arquero y River se fue al descanso con la tranquilidad de tener el partido resuelto.
A los 55 y 57', Ramón Díaz mandó a la cancha a Juan Esnaider y Claudio Husaín para darle minutos de juego. Pero ni Esnaider, quien al menos participó un poco más del juego, ni Husaín, aportaron el nivel que exigen sus pergaminos.
Las emociones volvieron a los 62'. Ortega tocó para Cambiasso, el Cuchu sacó un remate cruzado y Cavenaghi la empujó al gol tras el rebote dado por el arquero. El que entró y sí respondió con creces fue Guillermo Pereyra, recuperado de su lesión. Apenas ingresó, estuvo a punto de convertir con un cabezazo. Y sobre los 25, sacó un disparo lejano, Fernández no logró contener y Cavenaghi estuvo en el lugar indicado para poner el 5 a 0.
El último fue una joya del Burrito, quien la puso en el ángulo derecho desde 25 metros, a los 82'. River, con Ortega al mando, lo pasó por arriba a Unión. El equipo santafesino, hay que resaltarlo, soportó la goleada con una dignidad enorme y no pegó una sola patada fuera de lugar. En tiempos de intolerancia, esa actitud vale.(DyN)
La Ciudad
