Año CXXXV
 Nº 49.394
Rosario,
lunes  18 de
febrero de 2002
Min 18º
Máx 29º
 
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Rugby: Rosario se prepara para el Argentino

Pablo Mihal / La Capital

Lejos quedó aquel año 1965 cuando el seleccionado de Rosario obtuvo por primera y única vez en su historia el Campeonato Argentino. Cambiaron los protagonistas, también cambiaron los rivales, pero la anemia de títulos continúa. Ha de ser por eso que ese logro tomó tal dimensión que a tanto tiempo vista se volvió hazaña. Es evidente que algo pasa y que el Campeonato Argentino de selecciones es para Rosario la gran deuda interna.
Algunos, los más conformistas, argumentan que Rosario ganó muchos subcampeonatos, cosa que es cierta y muy loable; y otros, los más fundamentalistas, que de los segundos nadie se acuerda y que lo único que vale es ser número uno, cosa que también es verdad. En el medio, aquel campeonato de 1965, que a medida que pasa el tiempo se vuelve injustamente cruel y hace que la obtención del título se haga una pesada carga.
Lo cierto es que desde entonces las frustraciones y los fracasos fueron doblegando las fibras hasta de las voluntades más firmes y se fueron convirtiendo en una obsesión. Mientras tanto, una empecinada adversidad se ubicó como la mejor aliada.
Así, los reconocimientos sin sentido, de esos que abrazan o golpean la espalda como agradeciendo tanto sacrificio pero que se sienten como puñales o esos aplausos sin sonidos, huecos, hicieron caer en la cuenta una y otra vez que la materia seguía pendiente.
"Estoy cansado de que juguemos lindo y que no ganemos nada", se escuchó decir muchas veces o bien que "siempre hacíamos algo para no salir campeones... el Argentino es, sin duda, la gran deuda que tenemos", como reflexionaban muchos jugadores con razón. Es que si se busca una explicación razonable, simplemente no la hay.

Una nueva revancha
Observando la mitad llena del vaso, lo bueno es que con cada temporada comienza una nueva revancha. Y este año no es la excepción. La llama de la esperanza de reencontrarse con la gloria perdida vuelve a encenderse pero para que se convierta en realidad hace falta mucho más que deseos. Restan días para que empiece el torneo y Rosario todavía puede (y debe) ajustar detalles para evitar futuros dolores de cabeza.
Desde siempre Rosario cosechó gratitud y adeptos desde un estilo de juego generoso con el espectáculo, abierto, de muchos pases. Agradable. Y tratando de no perder eso, de no traicionar el "legado histórico" es que intentará con lo que tiene de ser protagonista de todos los partidos que dispute (aunque íntimamente valore más un resultado que el hecho de jugar bonito).
El fin de ciclo de varios de sus hombres (con el consiguiente recambio pero parece no terminar nunca) o el éxodo de sus jugadores también juegan un papel fundamental en el abanico de opciones-posibilidades y a la hora de armar un conjunto que pueda competir por un título que se hace esperar más de la cuenta. El 2 de marzo empieza un nuevo Campeonato Argentino y con él otra chance de poner al rugby de Rosario en el escalón más alto posible.



Rosario busca su mejor forma para llegar al torneo.
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