Año CXXXV
 Nº 49.394
Rosario,
lunes  18 de
febrero de 2002
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La asamblea interbarrial fustigó por igual a políticos y empresas privatizadas

Isolda Baraldi / La Capital

Al menos 24 asambleas de la ciudad se volvieron a reunir ayer en la plaza Sarmiento para definir "acciones concretas" a llevar a cabo en la semana, en un encuentro interbarrial donde se fustigó por igual a políticos y empresas de servicios privatizadas.
Los vecinos votaron tomar la delegación IX de Pami, el miércoles a las 10; realizar el mismo día, pero a las 19, un escrache frente a Aguas Provinciales de Santa Fe, en San Martín y San Juan; continuar con el cacerolazo nacional y encontrarse el viernes, a las 21, en el Monumento Nacional a la Bandera. Para el jueves descolgarán los teléfonos entre las 12 y las 13.
Además, la asamblea interbarrial se pronunció en contra de los desalojos de las viviendas de Biedma al 5600, y repudió una carta documento enviada por los vecinalistas de la zona oeste al Ministerio de Gobierno donde pedían, según los presentes en la asamblea, que repriman los reuniones de los vecinos autoconvocados.
A lo largo de tres horas, cada orador dio cuenta de lo resuelto en cada barrio de la ciudad y contó diversas experiencias. Además del clásico "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", los vecinos expresaron un marcado repudio hacia las empresas de servicios privatizadas, a las que no dudaron de calificar como "usureras y vaciadoras de la riqueza del país".
Al respecto, en cada barrio se definió establecer cuadrillas para impedir los cortes de servicios, fundamentalmente a los jubilados, desocupados o personas con salarios de menos de 500 pesos. En un barrio, incluso, se le restableció el servicio de agua a una persona de 84 años.
Pero las propuestas también versaron sobre cuánto debían ganar los concejales, y al respecto se propuso 500 pesos por todo concepto y cero peso para los asesores. Por supuesto que no quedó fuera del temario el repudio al pago de la deuda externa y a la licuación de los grandes pasivos de las empresas. Incluso se sugirió no pagar el colectivo para que los vecinos puedan llegar al centro a las distintas movilizaciones organizadas.
Los oradores respetaron los tres minutos para volcar los mandatos de sus asambleas. La excepción fue el delegado de la zona oeste que leyó el documento de los vecinalistas en contra de los vecinos autoconvocados, escrito que fue repudiado.



Los vecinos votaron acciones concretas.
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