El Vaticano, tratando de contrarrestar acusaciones de que el Papa Pío XII hizo muy poco para impedir el Holocausto, dijo ayer que en los próximos años abrirá archivos secretos de documentos de antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. En una extensa declaración divulgada en Roma, se señaló que archivos seleccionados del período anterior a 1939, cuando el futuro pontífice, Eugenio Pacelli, era embajador del Vaticano ante Alemania, estarían a disposición de los estudiosos a comienzos del 2003.
Los documentos se refieren a las relaciones entre la Santa Sede y Alemania entre 1922 y 1939.
En unos tres años, se divulgarán los archivos de documentos referentes a las relaciones entre ambos estados en el período en que Pío XII fue Papa, entre 1939 y 1958.
Expertos de todo el mundo, particularmente de grupos judíos, han pedido al Vaticano que abra los archivos con documentos sobre Pío XII antes y durante su pontificado, algunos acusándolo de falta de acción durante el Holocausto, cuando millones de judíos fueron asesinados.
Estudiosos del Vaticano dicen que Pío XII trabajó tras bambalinas para ayudar a los judíos y que no lo hizo más abiertamente por temor a provocar represalias en países ocupados por los nazis durante la guerra.
La declaración del Vaticano dijo que el actual Papa Juan Pablo II, quien ha defendido enérgicamente a su predecesor, decidió abrir los archivos "para ayudar a poner fin a una injusta y desagradecida especulación".
Un problema muy delicado
El papel del Papa Pío XII durante la conflagración bélica ha sido uno de los problemas más delicados en las tortuosas relaciones entre católicos y judíos tras finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Tras el extendido descontento judío con un documento de 1998 del Vaticano que defiende a Pío XII, estudiosos católicos y judíos establecieron un grupo de estudio en 1999 para revisar material ya publicado sobre el pontificado de Pío XII.
Sin embargo, el trabajo conjunto concluyó agriamente el año pasado después que la parte judía se quejó de que el Vaticano no le estaba dando acceso a los documentos que necesitaban para completar su trabajo.
Esa ruptura provocó que las relaciones entre católicos y judíos se deterioraran aún más y cayeran a uno de sus puntos más bajos en la historia.
Antes de la desintegración del grupo de estudio, los investigadores había solicitado más información sobre casi 50 casos, diciendo que los documentos que habían sido publicados "a menudo provocan más preguntas a las que ellos no dan respuesta". Sin embargo, el Congreso Mundial Judío (CMJ) dijo que la medida no era suficiente.
"Pienso que la divulgación de cualquier documento es un paso positivo y debe ser visto como eso, pero esperamos que esté dirigido hacia lo que expertos independientes han venido solicitando: el acceso irrestricto a los archivos", dijo el vicepresidente ejecutivo del CMJ, Elan Steinberg.
Steinberg dijo desde Nueva York que las acciones emprendidas por el Vaticano para colocar a Pío XII en el camino de la santidad debían ser "congeladas" por ahora. "No tiene sentido beatificarlo y entonces esperar a ver cuál es el veredicto histórico", expresó.
Por otra parte, el rabino Marvin Hier, decano del centro Simon Wiesenthal en Los Angeles, dijo que recibía con beneplácito la "largamente demorada" medida tomada por el Vaticano, pero se opuso también a la beatificación de Pío XII. (Reuters)