"Nunca vi ni un billete de 500 mil australes de los que fueron de Rosario. Tito Rima nunca me pagó lo que me había prometido", dijo ayer Gregorio Cachi Collia al tribunal. El hombre de 52 años está acusado de ser quien se contactó con Rima para pergeñar la estafa y a la vez los abogados del Banco Central aseguran que fue uno de los tres falsos inspectores que logró desapoderar al tesoro regional de 30 millones de pesos. Durante 90 minutos trató de hacer creer a los jueces que no cobró "ni un peso" por haber participado del hecho. Reconoció que Rima lo contrató para hacer las credenciales y que sabía que iban a ser usadas para la millonaria estafa. También contó que Tito le había prometido pagar 2 millones de pesos por confeccionar esas tarjetas identificatorias y sostuvo que ese dinero lo pensaba compartir con su hermano, Néstor Collia, quien lo ayudó a falsificar las credenciales. Por su parte, el rosarino Héctor Menna, acusado de participar en la maniobra defraudatoria se negó ayer a declarar ante los jueces del tribunal oral. Haciendo uso de su derecho, el imputado de participar en la pinchadura de las líneas telefónicas del Central y del Tesoro Regional sigue guardando silencio. En los 3341 días que transcurrieron desde el día en que ocurrió la estafa, Menna jamás abrió la boca ni dio su versión de los hechos.
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