Eugenia Langone / La Capital
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quiere comprarle medicamentos al Laboratorio de Especialidades Medicinales de la Municipalidad (LEM). Así se lo manifestó ayer a La Capital el subsecretario de Salud del gobierno porteño, Alfredo Vidal, quien aseguró que "está la decisión de establecer contacto para comprar lo que nosotros no producimos". Buenos Aires tiene desde hace 20 años el Laboratorio de Talleres Protegidos, que produce anualmente seis millones de comprimidos tuberculostáticos y antipsicóticos. Y ante el desabastecimiento que sufren los hospitales porteños, tanto el LEM, que produce 14 millones de comprimidos al año, como otros laboratorios estatales se convirtieron en una alternativa. Claro, las diferencias entre los precios de los laboratorios privados y los del Estado llegan a ser descabelladas. La Capital publicó ayer un informe donde se revela que el LEM produce medicamentos diez veces más baratos del precio que venden las droguerías. Y hasta en algunos casos la brecha supera el 800 por ciento y hasta el 4.000 por ciento. Así, el subsecretario de Salud de Buenos Aires manifestó su intención de comprar remedios made in Rosario. "Todo lo que producen nos interesa, pero la intención es adquirir lo que más necesitamos, y nos fijamos en el laboratorio municipal de Rosario porque es de buena calidad", señaló Vidal, aunque aclaró que restan resolver "cuestiones técnico-burocráticas en la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología)". El director del LEM, Antonio Longo, ya recibió algunas llamadas desde Buenos Aires. "Expresaron su intención de comprarnos medicamentos, pero hay que tener claro que con la infraestructura y el personal que tenemos, sólo podemos duplicar la producción", apuntó. Para el funcionario de la ciudad de Buenos Aires, en el país "tendría que haber muchos más laboratorios del Estado", como el LEM y el Laboratorio Talleres Protegidos. "Los medicamentos producidos por el Estado pueden tener una calidad equivalente a los que se compran en cualquier farmacia. Además, el hecho de tener recursos propios alivia mucho en momentos de crisis. Hoy tendríamos menos dificultades", explicó Vidal. El funcionario aseguró que "los laboratorios estatales no entran en el mercado comercial porque no persiguen fines de lucro, sino que buscan devolverle a la gente sus aportes", pero admitió que podrían hacerlo. En países como Francia, Inglaterra y Estados Unidos, los laboratorios del Estado compiten en el mercado, lo que hace que los precios de los privados no se disparen tan fácilmente. "Eso debería hacerse así, como una forma de control. Pero pasa que en este país, durante mucho tiempo, se hizo todo lo contrario: se corrió a los laboratorios estatales de la competencia para que los privados hicieran su negocio", admitió el subsecretario de Salud porteño.
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