El presidente Eduardo Duhalde respaldó ayer las advertencias del Papa Juan Pablo II sobre el peligro que atraviesan las instituciones democráticas del país, mientras desde la Iglesia local, que monitorea la concertación impulsada por el gobierno, fueron varios los obispos que se pronunciaron al respecto.
Duhalde dijo que el Sumo Pontífice "tiene razón" y remarcó que las declaraciones conocidas el martes "son palabras de un padre que ama a sus hijos, que teme por nuestro futuro, y lo que dice es absolutamente cierto".
"El sistema democrático argentino está en una crisis muy profunda porque fuimos bajando escalones y escalones, y estamos en una etapa, de la que estamos saliendo, pero que podemos calificar de preanárquica", admitió el mandatario.
En su habitual espacio radial, el jefe del Ejecutivo reiteró que su "primera obligación es que la paz social reine en la Argentina" y aseguró que "estamos trabajando para eso", aunque advirtió que "necesitamos mucha comprensión de la gente". Duhalde recordó luego que también desde amplios sectores de la comunidad internacional "se reclama que Argentina entienda la profundidad de la crisis y actúe en consecuencia".
Con descarnada crudeza, el Papa había alertado que "el egoísmo y la corrupción" de la clase política, además de la "trágicas consecuencias" actuales, pone en peligro la continuidad de la democracia y las instituciones de la República.
A pesar del tenor de esas expresiones, Duhalde consideró que "las palabras son de agradecimiento al Sumo Pontífice, que siempre ha tenido palabras para la Argentina, y además está muy bien informado y lo hace con el amor que tiene por nuestra patria".
En tanto, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Guillermo Rodríguez Melgarejo, se refirió primero a lo expresado por el presidente, en lo que pareció una crítica, al señalar que "hay cosas que son evidentes; no se requiere decir que (el Papa) tiene razón, o no".
Luego recordó que sus advertencias sobre "la generalización de la corrupción y su impunidad" ya había sido anunciada a los políticos en 1995, pero se quejó de que no fueran escuchadas y por eso ahora se sufren las "consecuencias".
"En esa oportunidad -siguió Melgarejo- ya Juan Pablo II nos dijo que la corrupción y la impunidad corren el riesgo de generalizarse con las lamentables secuencias de indiferencia social y el escepticismo".
Los obispos Juan Carlos Maccarone (Santiago del Estero) y Justo Laguna (Morón) coincidieron en que el diagnóstico papal. "Es muy realista", ya que "si el cuerpo social está tan quebrado, la Argentina también", dijo Maccarone. Laguna aseguró que el Pontífice "no inventa nada; dice la verdad clara como el agua", luego destacó que "es muy valiente" porque "no suele meterse en los problemas de los países".
No obstante, Laguna aclaró que la frase en la que el Papa dice que el caos social puede poner en peligro la democracia "no quiere decir a la manera venezolana, donde hay un enfrentamiento con el Ejército. Nuestro Ejército ha sido muy claro y, además, no tenemos Ejército como para poder romper un régimen democrático; creo que eso está acabado y enterrado en la Argentina", enfatizó.
Al ser consultado al respecto, el jefe del Ejército, teniente general Ricardo Brinzoni, dijo no saber si los temores del Papa se referían a "la efervescencia social o a la responsabilidad de los dirigentes", aunque arriesgó: "Me parece que habló más de eso último".
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Duhalde dijo que Argentina está en etapa preanárquica. |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
